Astros Bajo El Mar

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La vida de Jimin cambió mucho desde aquel día en el que encontró a NamJoon divagando en el muelle. O más bien, él cambió su estricta rutina, para ser más exactos.

Saber que NamJoon había comenzado a vagar sin rumbo alguno, perdido en su propia incertidumbre, más allá de preocuparle, le sedujo a imitarlo. 

Entonces, sin darse cuenta de ello, comenzó de a poco a dejar de lado sus tiempos libres para dedicarlos a encontrarse con NamJoon en el muelle. Primero iba a encontrarse con él un rato después del colegio, luego comenzó a quedarse junto a él haciendo tiempo antes de ir a tomar sus clases extras, y al final terminó quedandose hasta que anochecía luego de eso, para volver junto a él a casa. Aunque lo último no siempre ocurría y Jimin terminaba regresando solo.

-¿No deberías ir a tus clases?

Jimin miró a NamJoon y revisó la hora en su celular ante su pregunta. Estaban caminando por la acera que bordeaba el río, conversando sobre banalidades, y a Jimin se le había pasado el tiempo demasiado rápido.

-Puedo faltar hoy. -Se excusó restandole importancia.

NamJoon lo miró seriamente.

-¿Por qué me sigues a todos lados, Jimin?

Jimin sonrió tenue sin quitar la vista de la acera.

-Sólo me gusta más escucharte hablar a ti que a todos esos viejos estirados, es todo.

No era mentira. Ultimamente a Jimin le gustaba mucho escuchar los disparates que salían de la cabeza de NamJoon. Ya no encontraba loco todo lo que soltaba en ocasiones, ahora le resultaba entretenido e interesante. 

Las vueltas de la vida.

-Eso me hizo pensar en algo. -Mencionó NamJoon luego de unos segundos en los que se permitió analizar las palabras de su amigo.

-¿Qué cosa?

-No. Si lo digo seguro vas a besarme y no quiero. -Se arrepintió. Jimin se carcajeó.

Está bien, tal vez Jimin no cuenta que el hecho de que NamJoon divague tanto le da más excusas para besarlo, y esa es la parte que más le entretiene.

-Juro que no haré nada. Habla.

NamJoon lo miró con desconfianza y se resignó a su espectante sonrisa.

-Cuando estudiaba para la carrera de Filosofía, leí que los filosofos más famosos se hacían reconocidos en las calles, donde iban recitando sus reflexiones. Y a medida que las personas los oían, los seguían para aprender más de sus conocimientos, convirtiendose algunos en sus discípulos. -NamJoon se detuvo y volteó a ver a Jimin con la emoción de un niño pequeño aflorando dentro de su pecho tras llegar a su propia reflexión -¡Tú eres como mi discípulo ahora, Jimin!

Jimin no sabe por qué, pero se siente honrado de que NamJoon lo destaque de esa manera. Y también le da mucha felicidad ver cómo sus ojos brillan al hablar de su sueño frustrado.

-Te gusta mucho la filosofía aún ¿verdad? -NamJoon detuvo su andar tras su comentario -Se nota porque todavía recuerdas lo que estudiaste. Tú, que eres un total despistado en clase.

-Me resulta fácil aprender cuando lo que tengo que estudiar es algo que me interesa y me gusta. -Contestó de forma evasiva y fingiendo desinterés. Jimin quiso insistir en el tema pero de pronto su amigo señaló con el dedo a lo lejos, interrumpiendolo -¡Mira, ya llegamos al muelle!

NamJoon se hechó a la carrera y Jimin lo siguió resignado.

Había algo extraño en todo lo que decía y hacía NamJoon que ultimamente lo hacía sentir desolado. Pero no sabía cómo indagar para ayudarlo. Ni siquiera sabía si quería hacerlo. Porque su amigo se veía bien, como si hubiera encontrado lo más parecido a la calma que tanto buscaba, y Jimin extrañamente se sentía igual. 

Talvez acá es cuando se da cuenta, que cuando uno está mal es imposible hacer bien a los demás.

-Deberías ir a clases, Jimin. -Dijo NamJoon cuando lo sintió sentarse junto a él en el borde del muelle. 

La marea estaba quieta y aunque el cielo estaba nublado, el Sol se empeñaba en traslucirse atravez de la capa nubosa para iluminar la Tierra con sus rayos solares, haciendo que la leve brisa que los acompañaba se sintiera tibia al entrar en contacto con sus rostros. No siempre notaba estos detalles por esforzarse en encajar en un mundo en el que no encajaba aunque pusiera su sangre sudor y lágrimas en ello. Fué por eso que se decidió.

-Me quedo. -Le sonrió tenue -¿Y? ¿Qué reflexión tienes para mí esta tarde, eh? Vamos, soy tu discípulo, dame de tu conocimiento.

NamJoon lo miró con recelo.

-Lo único que quieres es una excusa para besarme.

-No, ya no. Bueno, eso depende de cuán disparatado sea lo que tengas para decir.

NamJoon fingió estar ofendido pero rió y buscó con la mirada algo que llame su atención con lo cual divagar. Vió las vigas del muelle llenas de moho, y notó que sobre ésta había una estrella de mar pegada junto a algunos caracoles.

-¿Sabías que, si te pones a pensar, las estrellas de mar son como las estrellas del espacio? -Le habló sonando elocuente, a lo que Jimin rió viendolo extraño -Sólo comparemos, el espacio es una matriz en la que las cosas flotan, y el mar también. En el espacio hay estrellas, y en el mar también. El agua de la Tierra llegó de meteoritos congelados que cayeron hace miles de años. Talvez las estrellas de mar son estrellas que cayeron del espacio de la misma forma ¿Lo pensaste?

-Está bien, ya basta. -Jimin rió por sus locuras. Sus ojos desapareciendo en una línea.

Más NamJoon estaba absorto en sus propias divagaciones.

-Las estrellas de mar caen directo desde el cielo y en la profundidad se congelan allí, es cierto... ¡Son como astros en el mar!

Jimin reía a carcajadas haciendose bolita en su lugar. Le hacía reír mucho cuando NamJoon hablaba cosas sin sentido. Y NamJoon parecía saberlo, porque siempre añadía más cosas raras queriendo que sus risas no cesaran más. Adoraba la risa de Jimin. 

-Y esa es la pura verdad, lo demás me lo invente para hacerme el especial o el "espacial" tal vez.

Jimin se carcajeó.

-Entonces, si te pido que me bajes las estrellas... 

-Nadaría profundo y te traería una. Más fácil que viajar al espacio.

Ambos amigos siguieron riendo y divagando sin sentido alguno hasta que comenzó a oscurecer, y entonces Jimin se vió obligado a irse, pues tenían clases al otro día y no podía quedarse hasta tan tarde en la calle. NamJoon acompañó a Jimin hasta su casa porque el más bajo lo había presionado diciendole que no lo dejaría solo en el muelle, y NamJoon no quería ser la razón por la que Jimin siguiera perdiendo sus clases, pese a que disfrutaba enormemente su compañía.

Cuando ambos se separaron, NamJoon meditó ir a su propia casa, pero extrañamente se vió regresando al muelle cuando ya anocheció. Esta era la diferencia entre ellos. Jimin podía perderse un rato para olvidar su realidad, pero al final del día volvía a ella sin más remedio que hacerle frente, muentras que NamJoon vivía huyendo de la suya.

-En el valle del horror o en el mar de la ilusión.

Una cosa sonaba más terrible que la otra, pero si lo pensaba mejor, la última era peor.

No Pertenecemos  ➸MinJoon➸Where stories live. Discover now