Mi Pasado Y Presente Amor

Capitulo 1: Uvas y vacas.

Con fines meramente identificativos yo seré "X" y ella será "Y"

Eran principios de septiembre, aquel día me puse un pantalón ancho y una camiseta café oscura, nada destacable la verdad; Mis capacidades para escoger ropa no eran nada memorables. Alrededor de las 3 de la tarde llegue al conjunto donde "Y" vivía. Me recibió cerca a su torre y nos fuimos hacia el parque de los niños, yo estaba muy nervioso, aunque no supiera exactamente la razón. Estábamos hablando, pero estaba muy inquieto me trepaba a los pasamanos, debido a esto pase un momento algo vergonzoso frente a ella, ¡mi camisa se rompió justo en la axila! Y ella solo se río hasta que le dolió el abdomen, mientras estaba rojo de la pena, bueno creo que si estaba rojo no se notaba ya que soy moreno, pero yo sabía que lo estaba.

Así pasamos un buen rato hasta que las luces del cielo se hicieron más oscuras, subimos a su apartamento, allí solo se encontraba su abuela y su papá, "Y" pidió permiso y entramos a su habitación dejamos la puerta abierta, continuamos la conversación, su abuela llevó unas uvas chilenas, son grandes y moradas, además de dulces, a "Y" se le ocurrió la idea de ver que tantas uvas entraban en nuestras bocas si atragantarnos claro está. Ella empezó y así introdujo una a una las uvas hasta un total de 5, yo como soy un poco competitivo no podía quedarme atrás y aunque sentía que podrían salir volando en cualquier momento y quizás ahogarme logré tener en mi boca 6 uvas y sonreí triunfante, pero esto ella no podía dejarlo pasar así que con sus manos aplastó lentamente mis cachetes, mientras entre risas intentaba acabar con las uvas y pasármelas, lo logré y no morí en el intento, durante este momento en el noticiero de uno de los canales nacionales "Caracol" pasaron una noticia algo extraña, resulta que un meteorito de muy pequeñas dimensiones había caído sobre una vaca, su papá al ver esto no contuvo la risa y fue a la habitación de "Y" a contarnos, ambos no podíamos creerlo y seguíamos muertos de la risa, tanto que ya el abdomen nos dolía. Yo era y sigo siendo una persona muy curiosa así que me pare de la cama y camine por su habitación buscando en cuanto escondrijo viera, cajones, closet, mesas de noche, tocador y encontré una guitarra eléctrica pero jamás ella me había contado que tocara me pareció muy extraño y le pregunté, a lo que ella respondió: "algunos años atrás trate de aprender y mis papás me la compraron, pero no lo volví a intentar". La dejé de nuevo en su sitio y seguí revisando, la verdad no recuerdo que hacia ella mientras yo hurgaba en sus cosas, pero creo que solo reía. Encontré unos papeles y los abrí estos eran letras de canciones, vi una que me resultaba familiar "La Bella y Bestia" de Porta, con las hojas en la mano volví a acostarme junto a ella, le hice cosquillas y ella empezó a cantar la canción y yo le seguí aunque era al revés ella era Porta y yo cantaba las partes de Norykko, para mí fue un momento que marcó el principio de toda la relación pues al verla feliz cantando, movió una fibra en mí y todos los problemas fueron borrados por un instante de mi memoria.

Seguí molestándola, haciéndole cosquillas, empujándola para que se cayera de la cama y ella me hacia lo mismo, hasta un momento en que quedé de frente a ella y la mire fijamente, mis labios me pedían a gritos besarla, pero como era muy tímido además de no saber que reacción tendría ella, puesto que no quería dañar el momento, me detuve en seco y continúe molestando como si ningún pensamiento se hubiese pasado por mi mente. Allí estuvimos hasta el momento en que tristemente ya debía regresar a mi casa, ella sacó a su perro un Beagle llamado "tobby" y me acompaño hasta la portería, y nos despedimos, le di las gracias y me devolví a mi hogar.

Al llegar a mi casa, inmediatamente me conecté al Messenger, no al de Facebook pues para ese momento no existía, si no, el de Hotmail por ahí era que hablábamos casi todo el tiempo, pues en el colegio no me dejaban acercarme demasiado a grados inferiores pues ella iba en 7 grado. Luego de conectarme le escribí y empezamos a hablar, le dije que la había pasado muy bien, que me había hecho olvidar todo, si en algún momento tuve problemas junto a ella no existían, y también le conté que justo en ese momento en que la mire fijamente, quería besarla, ella se río y me preguntó que ¿por qué no lo había hecho? Le conté mi miedo a dañar el momento y que lo haría una próxima vez.