Genderbend

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- Vete tú, a nosotros nos reconocerán.

Kalte salió hacia la ínsula donde se encontraba Julio Octavio, que la preguntó su nombre, el del caballo (en este caso yegua) y la raza de esta.

Kalte salió hacia la ínsula donde se encontraba Julio Octavio, que la preguntó su nombre, el del caballo (en este caso yegua) y la raza de esta.

- Kalte aún no ha regresado.- dijo Luci, observando el reloj de la iglesia, visible desde la ventana.

- Igual está en su habitación.- dije.

- Vale. Me pido ir a mirar.- Y sin pensarlo un par veces, salió a la habitación de Kalte, que compartía con Randal (7u7).

Al poco tiempo, todos estábamos llamando a la puerta de la habitación de Kalte y Randal.

- ¿En qué puedo servirles?- preguntaron desde dentro.

- Somos nosotros, Kalte.

- Pasad, por favor.

- ¿Tú eres Kalte?- preguntó Randal.

- Sí, soy yo. Kalte podría ser un nombre para los dos géneros, seguramente nadie aquí en Siena haya oído hablar de ningún Kalte, así que puede colar.

- Me parece correcto. Deberías ir entrenando, ¿no?- preguntó Eleonor

- Sí. Sólo es una carrera de velocidad, pero no me vendría mal.- respondió Kalte.

- ¿Y necesitas equipamiento especial, o algo por el estilo?- pregunté.

- En principio, creo que no, pero ya lo confirmaré.

- ¿En qué te podemos ayudar?- preguntó Luci.

- Pues podríais ayudarme dándome ánimos, a mí y a Chispi, también, si no es molestia, me podríais ayudar a prepararlo antes y después de cada entrenamiento. También tenemos que inscribirnos donde Julio Octavio.

Al poco tiempo regresó, con una hoja que explicaba las principales normas de Il Palio. Después de contarnos su aventura no muy arriesgada, Randal dijo:

- Necesito salir al sol. Vámonos afuera, a buscar un sitio donde entrenar. - lo dijo porque necesitaba el sol para calentarse, como buena lagartija.

Conseguimos alquilar un recinto lo suficientemente grande como para que Chispa pudiese dar unas vueltas.

Sería como la mitad de tamaño que la Piazza de Campo, la plaza donde corría Kalte. Estaba provista de un par de vallas.

El resto del entrenamiento es bastante aburrido, así que os lo resumo:

Nos despertamos al alba, para acicalar el caballo.

Lo mejor es que tardamos más bien poco porque no teníamos que poner silla.

Kalte daba algunas vueltas a la pista, subiendo la velocidad gradualmente.

Después hacía diversos recorridos en diferentes direcciones.

Finalmente, saltaba las vallas unas cuantas veces.

Todo esto descansando entre vuelta y vuelta.

Nosotros nos encargábamos de limpiar al caballo y dejarle que descansase en el establo, que estaba situado cerca de este terreno, a unos metros de la ínsula.

≈ARCLILS Y≈

Hacia Siena -🕛Finalizada🕙-Where stories live. Discover now