- Capítulo 1 -

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La carretera de camino a Chicago parecía ser interminable para Michael

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La carretera de camino a Chicago parecía ser interminable para Michael. Solamente observaba los montes a las orillas de la ruta y el sol poniéndose detrás de las montañas, nada novedoso. Los parpados comenzaron a pesarle. Pero no podía darse el lujo de descansar cuando estaba al volante y aún le quedaban horas de viaje. Además, si llegaba a dormirse al volante, tratándose de él, la prensa se lo hubiera comido vivo, como siempre lo hacían por cualquier cosa que llevara el nombre "Michael Jackson" involucrado. Así que resistió el sueño lo mejor que pudo, encendió la radio y trató de sintonizar una frecuencia que se adaptara a sus gustos musicales.

Frank, un viejo amigo y ex mánager de su carrera musical le estaba ayudando actualmente con la producción de su próximo disco. Para eso necesitaban de una disquera con el presupuesto ideal para producirlo. Y Sony Music parecía ser la indicada. No era la primera vez que Michael trabajaba con ellos, pero sin duda esta vez sería diferente. Sony, era una discográfica muy bien reconocida, pero que para llegar hasta donde estaba, había hecho bastantes cosas oscuras. Frank le había advertido de esa gente, ahora que firmaría con ellos. Pero era una habilidad casi inmuta de Michael, relacionarse con la gente errónea.

La junta era en Chicago, donde el contrato sería cerrado oficialmente. A Michael su equipo de seguridad no le permitía andar solo porque eso siempre terminaba siendo un desastre, ésta vez, sin embargo, debió ser distinto. Bobby, su guardaespaldas, estaba de licencia por el nacimiento de su hijo y en cuanto a los demás que se habían ofrecido a llevarlo, Michael se negó rotundamente. Quería hacer algo por su propia cuenta, dijo, y prometió volver cuanto antes, el mismo día si era posible.

Cuando iba arribando a la ciudad de Chicago, unos kilómetros antes, de lejos pudo apreciar la figura de alguien a la orilla de la autopista. Cuando se acercó más, notó que se trataba de una mujer. Llevaba una pequeña mochila colgada de su hombro, envuelta en un vestido corto de verano que se agitaba con la brisa de la tarde. El cabello negro y largo le llegaba a la cintura. Vio la camioneta acercarse y le hizo señas para que se detuviera.

Por un momento, Michael consideró seguir de largo porque después de todo, él era Michael Jackson, ¿Cómo reaccionaría esa mujer cuando lo reconociera? Además, estaba solo y uno nunca sabía lo que el destino preparaba. Pero su lado humanitario pudo más, no podía imaginarse dejándola allí cuando no pasaba ni un alma por la carretera, ¿quién la recogería? Decidió correr el riesgo.

Se orilló a unos cuantos metros más adelante de donde la mujer estaba parada, y con las luces traseras le hizo señas. Ella corrió hacia el coche, deteniéndose en la puerta del copiloto, el vidrio estaba bajado. Se asomó por allí y le agradeció con una sonrisa. Por un momento, se quedó quieta, observándolo detalladamente. Michael creyó lo peor. ¿Y si era una fan? Se preparó internamente para el alboroto y los gritos. Pero para su sorpresa, la mujer ensanchó su sonrisa, desconcertándolo. Ella abrió la puerta y subió.

 Ella abrió la puerta y subió

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