Capítulo 6

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Castígame

Katherine

Todavía no procesaba la información. Es que no cuadraba. Quería ir a verlo, para verificar si era igual a como mi mente lo había recreado.

—Wow... —agregó Jen, buscando una razón lógica que decir, la esperé un buen tiempo—. Esto es muy raro, Katherine. ¿Estás segura que lo alucinaste sin nunca antes haberlo visto? Tal vez lo viste, digo... Si él dice ser hijo de Elton D’abbraccio, debe haber venido muchas veces aquí.

—Tal vez, pero... ¿Por qué no lo recuerdo? Todas mis alucinaciones han sido por temores que he tenido a lo largo de mi vida. Por ejemplo, los gusanos.

—Eso no lo sé, Kath. Tal vez te dio miedo la primera vez que lo viste. Y tu mente lo bloqueó por lo mismo, transformándolo en alucinación —dijo. La quedé mirando, tenía mucho sentido.

—No me equivoqué cuando te dije que me parecías interesante, Jen —agregó Mathias, quien estaba sentado mientras ambas estábamos charlando. Las dos lo miramos, y nos reímos tiernamente.

Nos habíamos olvidado por completo de él.

—Sea como sea, quiero verificar si es igual a mi alucinación. Llévenme.

—Con gusto, su alteza —Jen habló con ironía y se rió. Estábamos saliendo de la habitación cuando Mathias nos habló, diciendo que lo esperemos.

Negaba con la cabeza.

—Véanlo si quieren, pero por favor, no se acerquen —agregó—. Él es peligroso, pregúntenle a todos y les dirán lo mismo que les estoy diciendo yo.

Jen lo miró un poco confundida.

—¿Peligroso? Estabas conversando con él en la mañana, en la sala de comida —le dijo.

Él le respondió que ahí fue cuando verificó lo peligroso que podía llegar a ser. Y decidimos por hacerle paso, sólo lo vería. Así que nos dirigimos a la sala de comida del primer piso para ver si estaba ahí. Permanecimos sentados mientras comíamos unos sándwiches.

—Esperen, ¿él en qué piso está?

—No lo sé —me respondió Jen—. Pero si viene a la sala de comida del primer piso, quiere decir que está aquí.

De una forma me tranquilicé. Puesto que eso confirmó que mi mente no lo alucinó todo a la perfección, y eso es un pequeño avance. Jen conversaba con el chico de ojos verdes, que me olvidé de su nombre en este momento. Mientras yo estaba sumergida en mis pensamientos.

Hasta que lo ví.

—¡Jen! Observa —la golpeé para llamar más rápido su atención—. ¿Está ahí o lo estoy alucinando?

Ella se queja—. No era necesario golpearme, Katherine. Y sí, de carne y hueso amiga, ahí está.

Lo miré un momento. Esperando a que él también me mirara a mí. Me gustaba pensar que mi alucinación fuera real, que él me hablara. Era todo muy interesante en él, su forma de caminar, sus ojos azules hipnotizantes e insondables, su sonrisa y sus cabellos rubios. Pero no, por más que lo miré, él no a mí. Quería acercarme, notar como es su personalidad, si era igual a como mi mente la había inventado.

—Les informo que Katherine Campbell no es un peligro para nadie aquí —dijo con un micrófono. ¿Espera, qué?—. Sé que junto a Edith Jones habíamos estudiado el caso y eso nos llevó a informarles sobre tener cuidado con ella por su seguridad. Pero, se verificó lo contrario. ¿No es así, señorita Campbell?

Dulce Dolor (TERMINADA)Where stories live. Discover now