Cicatrices

Capítulo 09

Capitulo 9

Peter: Tu me repugnaste cuando me creía que me amabas cuando seguramente te revolcaste con otro. Me destrozaste la vida.
Lali: Sabes que nunca te engañe, lo sabes muy bien. Tus celos te segaron, los celos te taparon la vista. Esa imagen que tenes en tu cabeza no es más que una charla que mantenía con un compañero de trabajo. Como crees que puedo engañarte cuando te tenia tras mio constantemente? Decime como, Peter.

Hay palabras que no dicen nada, y silencios que lo dicen todo, esa es la cuestión; Segundos o tal vez minutos fueron lo que tuvimos viéndonos, las lagrimas salían sin pedir permiso para hacerlo, nuestras miradas mantuvieron el mismo nivel de contacto, la ultima vez que recuerdo verlo a él con sus ojos rojizos y llorando fue cuando Nara nació, la diferencia esta, en que esta vez no es de alegría si no de odio, su mirada tan clara era la ventana abierta que me permitía ver su alma.

Lali: Todo tiene un limite. Por mucho tiempo pensé que lo que vos me hacia, me lo merecía, realmente me creí que yo tenia la culpa de que vos me pegaras tan solo por hablar con un compañero de trabajo, trabajaste tanto en mi cabeza, que lo hice, solo por hablar, hablar de cosas insignificante, pero hoy entiendo que no hice nada malo, no soy como vos, no pretendo ni tengo ganas de acostarme con el primero que se me cruza (Debía decírselo, aunque luego me llegara a arrepentir) No dejes que tu mente te siga engañando.

Luego de eso, golpe tras golpe en el pequeño cuerpo de Lali hizo que su figura disminuyera más de lo que era, una vez más, la vida la subía arriba de ring de boxeo, en donde las reglas se esfumaron, en donde no había campana que anunciara la final golpisa, ni siquiera los gritos de ella, los llantos, el "por favor", paraban a Peter. Esta vez, como muchas otras, la lucha a mano limpia le noqueo el cuerpo, el alma, las ganas de seguir viviendo.

Mi cuerpo quedo tirado en el frió suelo de la cocina, lleno de dolor, de sangre, lleno de moretones que ya empezaban a doler; Me los tenia que soportar, aunque cada vez los golpes sean más fuertes y dolorosos.

Me meto en la ducha, el agua caliente cae en mis lastimaduras haciendo que me retuerza de dolor, clavo las uñas en las palmas de mis manos para concentrar el dolor en otras partes de mi cuerpo. Tengo moretones por todos lados a causa de las patadas, mi cara también los tiene por las trompadas que me dio, me duele a los costados de las costillas y ambos brazos conjunto a mis piernas, pequeños cortes que ardían por el agua.

Al salir, ya no me importaba si el estaba en la casa, solo quería relajar mi cuerpo en la cama y que los dolores pasen.

CONTINUARA...

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