Capítulo 5.

4K 358 174
                                    

Un mundo nace cuando dos se besan. -Octavio paz.

Alessia.

Stephan y yo nos separamos rápidamente al escuchar esa voz potente y ronca, la cual consigue enmarañar mi cuerpo y mi mente. Mi cerebro se queda totalmente en blanco al reproducir su voz, no entiendo, ¿qué hace aquí?, ¿y por qué mi padre lo trajo a mi lugar favorito?, Dios, Nicolás está empezando a caerme mal.

Tampoco entiendo como alguien puede provocar sensaciones en otras personas sin siquiera conocerse o sin siquiera saber del todo como es. Sé que Julia me había dicho una vez que existirán momentos donde una persona puede contagiarnos al instante y atraernos tanto que nos puede poner nerviosas. Y creo que Nicolas es esa persona, porque no es usual que pase en mí.

Antes había conectado con otra persona a través del tiempo, pero con él parece ser a través de los segundos.

—Alessia, sabía que aquí podría encontrarte —murmura mi padre.

—Papá, ¿qué motivo te trajo por esta zona? —cuestiono.

—Quiero invitarte a dar un paseo por el viñedo acompañados de Nicolás. ¿Qué dices? —pregunta entusiasta.

Realmente mis padres olvidan mi condición, solo me queda reírme. No quiero ir a ningún lado y mucho menos con ese hombre, que con solo escuchar su voz mi cuerpo reacciona involuntariamente.

Su presencia es demasiada dominante, demasiada sofocante.

—Me encantaría, papá, pero ya he quedado con Stephan, vamos a comer juntos. ¿Cierto, Stephan? —Miento.

—Eeeh... Si es muy cierto, incluso, estábamos a punto de irnos. —Me toma de la mano haciendo creer que nos vamos, ojalá papá se coma el cuento.

—No les creo nada, Alessia, por Dios no sabes mentir, tus ojitos se enchinan cuando lo haces. Vamos hija hazlo por mí.

Suspiro ante su vocecita chantajista.

—Sé perfectamente que si no acepto, no dejaras de insistir. Así que señor, Leonardo, iré con ustedes. —Acepto desganada.

—Me despido, Sia, hablamos luego linda, cuídate mucho, te amo. —Sus labios se colocan en mi mejilla, alejándose a los segundos—. Adiós señor, Leonardo.

Mi padre toma mi brazo, dirigiéndonos al viñedo. Mi estado de ánimo el día de hoy es una verdadera mierda, no me apetece dar un paseo por el viñedo y agregándole la presencia de Nicolás, tengo menos ganas de ir, al parecer solo tiene lengua para interrumpir momentos, pues no ha vuelto a decir nada.

No entiendo porque me acelero tanto al escucharlo o sentirlo. No asimiló su presencia en esta casa otra vez, pienso que si estaba ayer y no le basto, podía venir luego. Tampoco sé desde que momento mi padre me busca para ir de paseo con posibles socios en los viñedos.

Suspiro con exasperación.

Suelo ir pocas veces, solo conozco una pequeña parte, el viñedo es extremadamente grande y se me hace muy difícil poder conocerlo todo sin tropezar y caer en alguna cosecha. En ocasiones papá y yo venimos juntos sin nadie a nuestro alrededor, no me explico el por qué me molesta tanto la presencia de Nicolás.

—Es un gusto volverte a ver, Alessia —susurra a mi espalda. No respondo nada, no sé si me da gusto volver a escucharlo, sentirlo tan cerca me hace un manojo de nervios, y no encuentro modo de esconderlos.

Mi mente trata de no gustarle su presencia; desgraciadamente a mi cuerpo le está encantando escuchar su voz.

Luchar contra eso se me hace imposible.

A través de ti  [COMPLETÁ] ✔️Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt