Capítulo 7.

4.2K 322 157
                                    

Hay una diferencia entre un deseo y una necesidad. -Selena Gómez.

Maratón 2/2.

Alessia.

Hay cosas que por más que trates de desecharlas de tu mente, simplemente están ahí, las piensas tantas veces hasta lograr cansarte, hasta lograr incomodarte y sentirte desvanecida.

La mente nos juega en contra todo el tiempo, nos ofusca y se vuelve realmente desagradable, me ha guiado a tal punto que no he parado de pensar en aquel beso, un beso que desconcentro mi alma, mi tranquilidad; ese hombre desde aquel momento no ha abandonado mi cabeza, cada vez que pienso en sus labios carnosos sobre los míos, mi cuerpo reacciona involuntariamente.

Hasta mi cuerpo es un traicionero.

Necesito sacarlo de mi cabeza.

Nicolás es un hombre oscuro, su presencia habla por él, delatándolo, suelo percibir lo que son en realidad las personas, el hecho de no tener vista, me muestra ese punto, me muestra que es un hombre egoísta, que solo piensa en sus deseos y en los de nadie más; lo malo es que seguro no le importa arrastrar a las personas a su mundo. Porque solo se importa él, Nicolás se escogería siempre sin importar las circunstancias.

Me da miedo llegar a sentir más atracción por él, que ese beso sea el inicio de muchas cosas, y que mi mente no pare de repetir la escena.

No puedo permitirme eso.

—Buenas tardes familia. —Saludo, apartando mis tormentosas divagaciones.

Ya es hora del almuerzo y mamá ama que todos estemos en la mesa; no quedaría nada de nosotros, sino estamos aquí a la hora indicada.

—Hola mi amor, toma asiento —ordena mamá.

Tocó la madera de la silla, muevo mis pies despacio, consiguiendo sentarme, no sé en qué parte de la mesa estoy, solo sé que estoy sentada y no me puedo parar hasta que termine la comida.

—¿Quieres trabajar en el viñedo o te irás a París a terminar la carrera en administración de empresas? —le pregunta papá a Idara. Sonrió, porque me da mucha felicidad saber que está estudiando y haciendo algo que le guste.

—No papá, sabes que eso no es lo mío. Me quedaré aquí y después decido que haré, no quiero apresurarme. El viñedo tiene buenos administradores, el que obtengas un gran porcentaje es una respuesta clara de ello —afirma, Idara es inteligente.

—Sí, princesa, pero sabes que siempre he querido que te encargues también. No malinterpretes, quiero que siempre hagas lo que te produzca felicidad.

—Eso intento papá, el viñedo está bien contigo, cuando termine la carrera, si necesitas algún consejo estaré aquí —cuando Idara habla con papá parece otra.

Mamá sirve la comida, no tengo el ánimo ni para preguntar que es, aunque, puedo oler, saborear y deducirlo. Papá se encuentra muy hablador hoy con Idara, la verdad no tengo nada que opinar, por lo que, solo escucho.

«Ese beso te quito hasta las ganas de hablar»

Llegó la vieja chismosa, maldita subconsciente siempre tan inoportuna.

Tomó el tenedor pinchando lo que sea que se encuentre en el plato, sin ánimo de llevarlo a la boca. Hay días en los cuales la adrenalina que sientes en el pecho te quitan las ganas de todo, hasta de caminar y aún no acabo de entender o no quiero asimilar él porque me siento de esta manera.

«Si lo sabes, solo no quieres decirlo en voz alta para no hacerlo más difícil»

Eso no es cierto, intrusa.

A través de ti  [COMPLETÁ] ✔️Where stories live. Discover now