Capítulo 49.

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Jamás uses algo como la venganza, solo siéntate y espera... Aquellos que te hieren suelen destruirse ellos mismos. —Anónimo.

Julia.

Se siente una eternidad, hemos estado aquí toda la noche, ni siquiera ha amanecido y aún así sentimos como si todo ha sido infinito. En cambió, cabe destacar que no se volvió a emitir estado de emergencia y eso ya es ganancia.

—Café. —Slade me tendió un café y lo tome.

—Esto es una tortura —digo.

Miro de reojo a Marena quién ya está un poco más serena, está sentada al lado de su esposo bebiendo agua.

—Lo es. Pero cariño, hay que esperar y no matarnos la cabeza con escenarios trágicos. —Me dio un beso en la mejilla, es reconfortable tenerlo cerca.

—Algo irremediable. Trataré.

Él asiente y me abraza. Respiro apresuradamente cuando veo a Luka acompañado de otro doctor salir del área de quirófano, sus caras no me ayudan a descifrar nada. Luka se acerca hacia nosotros.

—Familia Moretti. —Llama a todos con formalismo.

—¿Cómo está mi hija, doctor? —cuestiona Marena con lágrimas asentadas en sus ojos.

En el curso del tiempo ellos han tenido que hacerse cargo de firmar papeles para el sepelio de Idara, lo cual no ha sido nada factible. Es como si a esta familia le ha caído una inundación causada por su propia hija.

—Pudimos operarla y extraer las balas que estaba en el abdomen, también trabajamos la herida próxima a su cabeza. Alessia perdió mucha sangre, eso la puso en estado de emergencia. Las balas no peligraron ningún órgano. Pero se necesitaban sustraer de inmediato, puesto que las balas comenzaban a caminar por su cuerpo —explico—. La debilidad de Alessia, no permitía que continuáramos con la operación, ya que era más riesgoso. Sin embargo, teníamos poco tiempo para extraerlas, debíamos trabajar de emergencia. En cambio, lo logramos.

Suspiro con alivio, y todos nos abrazamos al escuchar esa noticia. ¿Es un paso, no? Estábamos en la incertidumbre hace unos minutos y ahora sabemos algo más.

—¿Pero está bien? —pregunto yo, cuando percibo que los ojos de Luka esconden algo.

—Si, le inducimos un coma por unas horas. Era necesario y aún no sabemos cuáles son las secuelas que dejo la bala que rozó su cabeza, cuando ella despierte, lo sabremos. Todavía está delicada, las próximas 24 horas son cruciales. —Nos regala una sonrisa triste.

—Gracias, Luka, gracias por salvar a mi hija. —Agradece Leonardo.

—Es mi deber, el mérito no solo es mío, sino de un equipo completo. —Mira al doctor que viene con él y luego continúa—: El es el doctor, Marcus Rossi, se hizo cargo del caso de Nicolás y Rosella. Los dejaré con él, tengo otros pacientes que monitorear. Volveré más tarde.

—¿Cuándo podremos verla? —pregunta Marena antes de que se vaya.

—Mañana. —Sin más se va.

La atención recae en el doctor Marcus, es un chico de piel morena, alto y de ojos negros.

—¿Cómo está Nicolás y Rosella? —cuestiona su padre, atrae consigo un semblante agotador.

—Bien, lo de ellos no fue grave. Si perdieron sangre, Nicolás tenía dos pedazos de vidrios incrustados: uno debajo de su pecho y otro cerca del abdomen. Los cortes no fueron muy profundos, estaba desmayado por el impacto del auto. El hecho de que tenían cinturón de seguridad los ayudo a ambos. En el caso de Nicolás y Rosella no hubo balas, el auto dió dos vueltas y gracias a que Nicolás redujo la velocidad al llegar a esa curva, están bien, de lo contrario estarían muertos —concluye.

A través de ti  [COMPLETÁ] ✔️Where stories live. Discover now