cap 1

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Desde toda la casa, retumbaba ese pitido tan desesperante e irritante

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Desde toda la casa, retumbaba ese pitido tan desesperante e irritante. Ese estúpido teléfono no dejaba de sonar. ¿Y el dueño de la casa?, teniendo una resaca. Cuando se animo a responder el llamado del infierno, algo somnoliento pregunto quién era.

— ¿¡POR QUÉ TARDAS EN RESPONDER?!, Uhg... Mira, hay una reunión mundial, cada país, no importa su posición de potencia, es convocada. Tu debes ir,obviamente. Y por favor, no vayas borracho como la última reunión, me alegra que solo hayan estado Ucrania, Canadá, Brasil, China, Paraguay y Colombia. Ellos no son chusmosos, sino tu perfil seria pura vergüenza... Pff- la persona tras esa linea parecía tratar de aguantar la risa, claramente era ONU, tan terco...

— hip... ¿Papi?... - lástima, el hombre de clima frío estaba un tanto mareado, no borracho, según él.

—... Si faltas, te suspendo. - luego de esas palabras, se escucha el chillido de que alguien corto la llamada.

— AhG, MI CABEZAAAA---

¡Buenos días, Rusia!, el día te dará muchas sorpresas hoy.

[...]

En aquella oficina tan grande y alta, se escontraban alrededor de... ¿100? Países o más. El ruso estaba mareado como para calcular los países presentes. El soviético se sento en su asiento, supo que era el suyo, ya que en frente de ese asiento habia una banderita como la de él. El tan despistado no se fijo de quien estaría a su lado...

- Guten Tag, Russland. - se escucho de un lado, el nórdico ignoro la voz atractiva de donde salieron esas palabras, pero se limito a saludar.

- Buenas tarde..-- cuando se percato de quien era por levantar la vista (ya que estaba apoyando su cabeza en la mesa mirando a un lado contrario. - Deutchland, d-digo, Ale.

- Alemania, querrás decir. - frunció el seño el de corbata roja y camisa negra, ese apodo traía "malos" recuerdos.

- No, quise decir Ale. Asi te digo yo. - el ruso parecía estar serio, no había hablado con Alemania desde su infancia, y cuando se independizaron, solo se veían en juntas, pero ni se saludaban, a veces el nórdico se limitaba a hecharle un ojo, le parecía normal los cambios de humores que tenía el germano.

- Solías. Ahora cállate, hablas de más. Ruso charlatán. - el germano giro mirando dirección a la organizaciónes unidas, este estaba apunto de hablar, le quedaba acomodar unos últimos papeles.

- Alemán terco. - dijo el más alto. Al decir esas palabras, saco una leve sonrisa, parecía tener intenciones de enfadar al germano o tener una conversación más larga.

asxsino sxeltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora