cap 12

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— ¡No sé qué mierda dice! — el norteamericano daba vueltas por toda esa habitación reforzada, mientras el asiático se limitaba a reir por la actitud de su 'amigo'

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— ¡No sé qué mierda dice! — el norteamericano daba vueltas por toda esa habitación reforzada, mientras el asiático se limitaba a reir por la actitud de su 'amigo'. Le costaba por su enfermedad pero no podía evitarlo.

El estadounidense se acercó a aquél país para ruborizarse con ojos cristalinos al verlo en tal situación, se encontraba tosiendo y expulsando un gas violeta. Las expresiones no eran notorias por el traje que llevaba este, era uno semi seguro para lugares nucleares, con virus y más. No podían tener contacto con los enfermos sin esos trajes, luego los encargados se encargarían de la higiene.

USA acercó su mano dentro de un guante del traje a la mejilla del chico pálido, empezando a acariciarla cuidadosamente.

— Pronto te mejoraras... Amor. — esa voz quebrada le daba tanta humillación al enfermo.

No recibió respuesta, tarde o temprano se debía recuperar. ¿Quién sería su amante tóxico ahora?, ¿quién le refregara en la cara el aumento de población o ventas internacionales?, ¿quién le dará besos de arriba a abajo? Esas preguntas hacían romper más el corazón del norteamericano. Debía controlar esas ganas de llorar y morir que tenía.

Pero no contaba con algo.

— Puedo traducirte esa carta mi amor, pero... — tomó la mano que lo acariciaba para darle besito en ella— que sea mañana, llegaron los doctores.

America en ningún momento escucho la puerta ser abierta o pasos, cuándo se dió la vuelta se encontró con 3 doctores y 5 enfermeras, las enfermeras alejaron al asiático (obviamente con trajes todos) mientras los doctores le pedían al ingles que se retirara de esa habitación blanca que estaba repleta de cosas importantes para el mandarín.

[...]

Luego de ser desinfectado como mil veces y verificado en cada esquina, el americano pudo retirarse sin antes llenar un formulario de su atención al enfermo.

aún tenía esa estúpida carta.

Estaba en alemán, no lo entendía.

Apretaba fuerte esa carta arrugandola, mientras seguía caminando. Ahora debía tomar un avión para volver a su territorio.

En el camino soltaba lagrimas y sollozos, sentía angustia teniendo a su compañero allí encerrado. Y lo peor; tenía trabajo y las visitas serían menos frecuentes.

[...]

gracias  por leer.
Y por el apoyo. ♡

asxsino sxeltoWhere stories live. Discover now