59.

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-Punto de vista de Patrice-

Miré el papel que Maya me había entregado, con el ceño fruncido, y luego levanté la vista para mirarla a ella.

-No estarás hablando en serio.

Maya se cruzó de brazos, algo nerviosa, y luego asintió. Sí, sí estaba hablando en serio.

-Patrice…¿y si dice la verdad?

Volví a leer el papel arrugado que me había dado Maya, el papel que Malik le había entregado, y luego negué con la cabeza. Maya había decidido fiarse de Malik, pero yo seguía pensando que era muy arriesgado. Era una auténtica locura.

-¿Y si no lo hace? ¿Tengo que recordarte todas las veces que Malik ha estado a punto de matarnos a nosotras…de matarles a ellos?

Maya bajó la mirada, incómoda, y a mí me pareció ver un brillo extraño en sus ojos, un brillo que no supe identificar. 

-Malik también quiere salvarles, ¿sabes? ¿Acaso quieres que Calum se pudra en la cárcel sin hacer nada? ¿Acaso no quieres si quiera intentarlo? 

El papel que Malik le había dado a Maya tenía una dirección escrita, una dirección que se encontraba a poca distancia del centro de la ciudad y que nada tenía que ver con las tuberías. Una dirección que, según creía Maya, nos llevaría hasta algo milagroso que salvaría a los chicos y evitaría que acabaran en la cárcel. Eso, al menos, era lo que creía Maya. Yo no estaba tan dispuesta a creer las palabras de Malik, y por mucho que quisiera hacer algo por ayudar a Calum…

-Claro que quiero intentarlo, Maya, pero esto puede ser una misión suicida. Puede ser una trampa. 

Justo en ese momento, la bibliotecaria nos mandó callar. Maya hizo un gesto de desagrado con la cara, suspiró, y me quitó el papel de Malik de entre las manos. Yo, sin saber qué más decir, me quedé quieta.

-Muy bien, pues iré yo sola.

Vi, en silencio, cómo Maya cerraba su libro de golpe y se preparaba para marcharse de la biblioteca. No podía permitirlo. No podía permitir que en aquel momento en el que me faltaba la persona que más me importaba, en aquel momento en el que nada estaba claro y me costaba hasta respirar de la tristeza que sentía, una de mis mejores amigas se enfadara. No podía permitir que Malik hiciera que se rompiera el fuerte lazo de amistad que nos unía.

-¿Qué han dicho las demás? 

Maya no me miró, pero al ver que no se levantaba de la silla, me quedé algo más tranquila. Al menos no se iba a marchar…no todavía.

-No lo sé. Eres la primera en saber esto. 

Así que todo dependía de mí. Cerré los ojos, intentando tranquilizarme, y lo único en lo que pude pensar fue en Calum. Dios, cuánto le echaba de menos. Cuántas ganas tenía de que me abrazara, de escucharle reír, de que escucháramos música juntos hasta que amaneciera. tumbados en la cama. Cuántas ganas tenía de hacer algo por salvarle del infierno al que le habían destinado. Lo único que debería preocuparme en aquel momento eran los exámenes finales, que se acercaban a paso agigantado, y mi beca en Cambridge, que se alejaba de mí a toda velocidad…pero sólo podía preocuparme por Calum, por los chicos. Sólo podía pensar en ellos, en que estaban en la situación en la que estaban porque habían decidido salvarnos a nosotras. 

-Deberíamos hablarlo entre todas…

-Patrice, no hay tiempo. Quedan dos días para el concurso de talentos, dos días para el juicio, y si no utilizamos lo único que tenemos, si no nos aferramos a esta última esperanza, podemos despedirnos de ellos. Dos días.

Crossed 》5SOSWhere stories live. Discover now