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Capítulo 15.

MARATÓN 3/4

Desseo [Hot]: Acá, ahora

Narra Michael:

Tome un poco de bronceador, frote mis manos con el y lo puse en la espalda de Ana. La verdad es que es increíble estar aquí en la playa, hace tanto tiempo no disfrutaba de algo como esto, y lo mejor es que como no es época de vacaciones, la playa esta muy tranquila, casi no hay gente.

-Listo-. Le dije a Ana mientras me ponía de pie y regresaba a mí silla...

-Gracias bebé. Hace tanto quería broncearme.

Tome mis Ray-Ban de aviador y me las puse, miraba al horizonte, donde se pierde el mar, por algún motivo me sentía extraño, cómo ansioso. Toda la mañana he estado muy callado, para mi fortuna Ana se la ha pasado tomando el sol desde que llegamos y no ha dicho nada al respecto, nada, mejor, no quiero que me llene de preguntas de las cuales ni siquiera yo se las respuestas.

Aún pienso en lo que pasó hace tan sólo unas horas, jamás había sentido tanta satisfacción por provocarle dos orgasmos a una mujer, claro, siempre me ha gustado hacerlas vibrar, hacerlas sentir un enorme placer pero con Valentina fue diferente, me sentí mejor, incluso me atrevo a decir que mis autoestima y mi ego aumentaron bastante. Siempre las mujeres me han alagado por ser bueno en la cama y no es por ser modesto pero me lo merezco de verdad.

Cruce los brazos sobre mi pecho, empiezo a desesperarse de mi mismo, me siento, no se, ese es el maldito problema que no se como diablos me siento, tengo un poco de culpa, de felicidad, de necesidad, de molestia... es tan frustrante. Tome el vaso de cerveza que tenía a un lado y me la tome de un sólo trago, mire hacia mi derecha y entonces la vi y fue como si algo dentro de mi se hubiera tranquilizado, caminaba hacia nosotros, llevaba un pequeño short blanco, y una ligera blusa que le quedaba a la altura del ombligo y le dejaba ver su hombro derecho, esta tan hermosa incluso la veo diferente, la veo más... mujer. Ok, creo que estoy alucinando pero así la veo, y algo dentro de mi se ha inflado con orgullo porque fui yo quien la hizo mujer.

Llego hasta nosotros y me miro con una coqueta sonrisa y yo le dediqué una parecida.

-¿Acaso no se van a meter al mar?

-Ay, tan bien que estábamos-. Dijo Ana aún boca abajo.

-Yo la verdad, no se a qué vinieron a la playa si no se van a meter al mar, son unos aburridos. Así qué si me permiten, yo si voy a disfrutar ya que me trajeron a la fuerza y no me queda otra-. Se quito la playera y el short y quedó en un diminuto bikini rojo, madre mía, esta buenísima, curva tras curva, es toda una diosa.

Unos tipos pasaron justo en ese momento y bueno casi se les salen los ojos a los cabrones, sí ya se, esta preciosa pero es mía, quítenle los ojos de encima, idiotas.

-Yo te acompaño-. Le dije y me levanté y me puse a un lado de ella y aunque mis lentes cubrían mi mirada llena de furia, los pendejos esos la sintieron y nos les quedo más que seguir su camino y dejar de mirar a mi bonita-. ¿Ana no vienes?

-No bebé, yo me quiero broncear.

-Ay, ojala el sol te evapore, nos haría un gran favor la verdad-. Dijo Valentina cínica y camino hacia el mar. Ana levantó la mirada y bufo.

-Mocosa babosa-. Dijo por lo bajo y volvió a acomodarse.

-Bueno te veo más tarde.

-Ok, bebé, pero antes ¿No se te olvida algo?

-¿Algo?

-Mi beso tontito-. Puse los ojos en blanco, a veces Ana es tan... agh. Me incline hacia ella y la bese fugazmente en los labios y camine hacia el mar.