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Cuando llego el cuatro de octubre, Jeonghan la noche anterior le había pedido dormir juntos para poder así empezar y acabar el día a su lado, algo que acepto sin dudarlo, porque ese día quería mimar todo lo posible a su amigo que a pesar de ser unos meses mayor a él, a veces se comportaba como un niño.


Por eso ahora veía a su príncipe dormido, luciendo tan irreal con su perfecta piel, pestañas que adornaban hermosamente los ojos que ahora descansaban y unos labios rosados y pequeños que ahora se encontraban entreabiertos.  Acaricio con cuidado las marcas de su cuello que al meterse al agua se abrían al ser branquias, algo tan simple pero que los hacia tan diferentes. Tenía un aspecto tan único y hermoso, que se imaginaba que junto a su posición en la realeza de los aqua, atraía aun montón de pretendientes tanto hombres como mujeres. Sin embargo, nunca lo había visto interactuando con otros de su edad más allá de la amistad.


Acaricio con cuidado su mejilla para luego inclinarse a besar su frente – Idiota, debo volver pronto a mis labores, así que debes soltarme – Le susurro con cierto cariño, provocando que el de ya veinte años empezara a despertar, apretando más sus brazos entorno a su cintura.


- No quiero. Quédate conmigo – Refunfuño perezosamente, provocando ternura en quien era su esclavo – Al menos hasta que me llamen para desayunar – Añadió algo triste, pues igual era consciente que en algún momento tendría que levantarse a estar todo el día recibiendo felicitaciones.


El pelinegro sonrió bobamente al recordar que anoche se acostaron temprano, pero se mantuvieron mucho tiempo conversando, notando algo distraído a Joshua quien de repente saco una cajita colorida y se la ofreció diciéndole "Feliz cumpleaños, Jeonghannie", pues estuvo todo el tiempo atento al reloj hasta que fuera media noche. Era tan adorable cuando quería el muy idiota. Por eso ahora este no le saludaba, porque fue el primero.


- No te podre acompañar la mayoría del día y en tu fiesta, pero... ¿Podrías llevar puesto el collar que te di? Para de alguna forma igual estar a tu lado – Murmuro de repente Joshua tras quedarse acostado devolviéndole el abrazo. El príncipe sintió su corazón volverse loco.


- B-Bueno, aunque ya pensaba llevarlo todo el día – Y toda la vida. Sabía que había sido solo una piedra común, pero el menor le llamo como "Cheonsa" inventándole propiedades en un inicio, pero al final rio por eso y acabo diciendo que la tallo con todo su amor y cariño, así que lo que debía provocar esta simple piedra con forma de un ala de un ángel, debía ser eso, lo que Joshua sentía por él.


Cuando finalmente un guardia toco la puerta de la habitación, tuvieron que separarse. Joshua ayudo a vestirse al príncipe para luego despedirse con la promesa de verse de nuevo en la noche, porque Jeonghan se la pasaría fuera en distintos eventos.


Joshua algo triste empezó a ordenar todo, empezando con sus labores como esclavo, pues por eso estaba ahí, aunque a veces se olvidaba de ese detalle por lo bien que le trataba el mayor, como le mimaba y trataba como un igual a pesar de que no lo eran.


Ellos aparte de ser amo y esclavo, eran mejores amigos, pero nada más. Nunca conversaron realmente de sus sentimientos, pues en los meses de apareamiento podían dejar salir todos sus sentimientos y después fingir que fue a causa de la fecha y que eran amigos en los meses siguientes, satisfaciendo las necesidades no tan carnales. Jeonghan no sabía que Joshua se había dado cuenta hace tiempo de que se había enamorado de él, que en los meses como "amigos" lo escondía muy bien, pero no podía fingir cuando perdía el control, cuando su lado más salvaje salía a controlar su cuerpo en busca de reproducirse.

Marcas del mar (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora