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Joshua con frustración se quedó en su cama, mirando la puerta cerrada de su habitación por la que se fue el aqua. ¿Quizás esa era una señal de irse? ¿De alejarse? Sacudió la cabeza, porque si bien lo era ya que Jeonghan lo estaría evitando, su corazón le impedía dejarlo de esa manera cuando ambos estaban mal, pues lo haría sentir culpable y no quería eso, lo amaba tanto que no quería provocarle daño, o al menos el menor posible.


Casi no pudo dormir por los amargos pensamientos que tenía, la sensación de haber provocado dolor en el mayor quien le amaba de forma tan pura. Al otro día al finalmente no dormir casi nada, se fue temprano a preparar el desayuno del príncipe con las cosas que más le gustaban para luego ir a su habitación, tocando un par de veces. No escucho respuestas así que supuso estaba dormido, pero tras entrar descubrió que no estaba en su cama.


Si no lo conociera bien, se habría asustado. Dejo la bandeja en un mueble para luego ir hacia la puerta que daba a la playa y se encontraba abierta, a lo que algo dudoso salió dejando la mayoría de sus ropas en una roca para meterse al mar a revisar y relajarse al acertar en lo que tenía en mente, el príncipe estaba durmiendo sobre una piedra a unos metros de profundidad, rodeado de coloridos peces que lo consolaban, ya que Jeonghan siempre que estaba muy triste prefería dormir ahí en el mar donde nadie notaria sus lágrimas, o eso se imaginaba Joshua. El pelinegro decía que ahí podía conectarse mejor con la vida, encontrando una calma única y que el menor no lograba comprender porque  no podía respirar bajo el agua y experimentarlo.


Unos peces lo vieron y lucían ¿Enojados? Les hizo señas apuntando al príncipe y luego como de comida y que había afuera, como esperando que le dijeran que debía desayunar, para luego salir tras una reverencia de disculpa bajo el mar. Eso fue muy raro, pero esperaba que funcionara.


El resto del día se la paso trabajando en lo de siempre que era más como un sirviente personal para el príncipe, ayudando a los verdaderos sirvientes de la familia real que se encargaban del aseo, quienes extrañados notaban la tensión entre Joshua y Jeonghan, pues estos siempre actuaban como mejores amigos que se tenían demasiada confianza y cariño.


A veces descubría al mayor mirándole, pero este solo suspiraba tristemente y seguía en lo suyo ignorando al humano que frustrado empezaba a enojarse. Cuando sabía que Jeonghan estaba libre, porque se sabe la mayoría de sus horarios a menos que algo nuevo apareciera, se acercaba a hablarle, pero este se excusaba diciendo que tenía algo que hacer y solo se iba a otro lado a desperezarse. Era un real idiota cuando quería.


Estuvo todo el día intentando hablarle, aclarar las cosas, pero Jeonghan seguía tan herido que tercamente le evitaba una y otra y otra vez. La última vez que lo intento fue cuando le llevo la cena, terminando molesto por como el príncipe hacia sonidos cada vez que daba un bocado como si estuviera extremadamente deliciosa la comida, interrumpiéndolo cada vez que hablaba. Era tan infantil.


Ya mañana lo intentaría de nuevo, porque quizás el príncipe recapacitaría en la noche y en su caso ya no se sentiría enojado al punto de querer mandarlo a la mierda.



...




Esta vez cuando llevo el desayuno, Jeonghan si se encontraba en su habitación y dormido, pero se removía inquieto como si su sueño no fuera muy bueno, así que dejo la bandeja a un lado para acercarse a mover por el hombro al mayor – Hannie, ¡Hannie! Despierta – Lo sacudió con fuerza por como el idiota no despertaba, hasta que al fin lo hizo y lucia asustado, por lo que por reflejo abrazo a Joshua para atraerlo – Ya ya, eso fue una pesadilla, no fue real y ahora estas bien aquí – Le calmo acariciándole la espalda.

Marcas del mar (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora