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—¡Anda mira!, esta pócima nunca la he visto antes.
Lolito, alias el excelentísimo alcalde, mientras minaba en minas ajenas y suyas propias halló un cofre misterioso de color rojizo. Sin la más mínima duda el alcalde abrió dicho cofre, arriesgando sus 30 niveles, hallando un objeto único y exótico; era nada más y nada menos que una pócima arrojadiza de color cambiante. Lolito siendo el crack que todos conocemos no se recordaba de la existencia de tal objeto, ni siquiera era claro si esto era legal en este su pueblo Karmaland; pero ya sabes, el alcalde tiene ciertos privilegios, ¿no es así?

El/la pelirroj@ despejaba su mente corrupta minando como un cerdo, aún recordando la poción de más temprano. Ni siquiera había información de qué hacía, tal vez hasta era arriesgado, pero eso no detenía a este calvo psicopata. Lo único que sabía es que, en una etiqueta rasgada, estaba inscrito la palabra "Har", no era buena pista pero era suficiente para usarla en alguien más.

"¿Quién sería un buen objeto de prueba?" Se preguntaba el excelentísimo alcalde.
"A quien le puedo otorgar mi importantísima confianza es a...
¿Alexby? Obviamente no.
¿Fargan? No sé ni para qué me lo cuestiono.
Eso deja a... ¡Auron!"
Ya estaba decidido, sin buscar la aprobación del juez, Lolito simplemente se lanzó a la idea. Como perro salvaje fue corriendo a la propiedad del psicólogo de Karmaland.

Un viaje a casa de Auron después

Un sol favorecedor brillaba intenso a las afueras de... La casa/búnker(?) de Auron, el día se prestaba para paz y tranquilidad, tal vez comer morros de sus compañeros de piso pero eso es otra historia. El juez de Karmaland estaba realizando consulta a un pueblerino, estaban avanzando considerablemente en la salud de aquel residente de Karmaland.

—Muy bien señor, ahora para ir terminando esta tercera sesión haremos la dinámica de las fotos, ¿vale?—. De la mismísima nada los cuadros aparecieron en manos del psicólogo, este iba ubicando cada imagen.

—¡Entendido!—respondió animado, el día de hoy era especialmente alegre.

Apenas dicho eso, un estruendoso ruido sonó afuera del consultorio. Sonaba a unos creppers, minas o TNT, en fin que sonaba a una explosión. Auron ignoró aquel hecho mientras el cliente estaba presente, insistió en acabar la sesión en ese instante, aquel pueblerino observó una mirada que provocaba miedo en el rostro del amable juez/político/psicólogo/mano derecha/etc.
Como era de esperarse, en frente de su entrada principal había un boquete enorme. El juez no podía estar más nervioso, no se esperaba que nadie fuese tan cobarde sin alma y corazón como para destrozar la entrada misma. Espada a mano, fue a revisar el agujero en búsqueda de alguna pista.

—Bueno, hoy es jueves. Entonces 4 minas para todos, ¡arreglado!
Auron furioso se encaminaba a hacer sus tan famosas minas para vengarse de todos sus vecinos. No podía pensar en un sospechoso para el crimen, y estando él solo en el pueblo haría justicia por mano propia (como siempre).

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Su último objetivo era Lolito, quien estaba de hecho presente en el pueblo. Con sumo cuidado y sigilo el psicólogo colocaba las minas aleatoriamente en la entrada del alcalde, ni de este se podían confiar. Lo que el mil puestos no sabía era que, desde bastante cerca, un psicopata planeaba cómo lanzarle la pócima exitosamente.

Auron observaba orgulloso la zona del crimen, inclusive se tomó la molestia de secuestrar un cerdo de Luzu para que este detonase las minas. Acercó al animal a la zona y lo soltó de la rienda, apenas empezase a caminar libremente pisaría alguna mina y toda la entrada volaría en mil pedazos.

—¡Vamos cerdo, pisa la mina!—gritaba eufórico.

Estaba cerca, la pata cuadrada de cerdo estaba próximo a pisar la mina, se sentía la emoción y la tensión que la escena provocaba, tanto así que todo parecía ir más lento de lo normal.

—¡Piensa rápido!—gritó el alcalde, lanzando la botella "Har" al juez.

Auron sudó frío, escuchó la voz del que no podía ver dicha escena, desde arriba suyo. Apenas giró en dirección del grito, una poción arrojadiza cayó en él (incluido vidrio roto...), envolviéndole en una esencia rosada.

Cualquiera en su posición se imaginaría que esto era veneno, alguna pócima que poco bien le haría. Pero en realidad, ningún efecto se era percibido. Auron no presentaba ningún mal síntoma, además del aura rosada, en realidad se sentía mejor sabiendo que tal vez le lanzó la poción equivocada. El juez comenzó a reírse a carcajadas del alcalde, burlándose de su intento "fallido". Auron no veía la diferencia, no sabía de pociones que solo te diesen un aura brillante, tampoco lo pensó demasiado.

—Mira Lolito, a mí me reventaron la entrada y como la policía de Karmaland ni siquiera está, pues tuve que tomar la justicia por cuenta propia. ¡Pero qué vergüenza!—. Se expresaba mientras se aproximaba al susodicho, buscando por todos los medios no tener conflictos con este loco.

—Auron, mi querida mano derecha... Yo te lo perdono todo, aún si fuese mentira.

El psicólogo no podía creer lo escuchado, lo único que se le vino a la cabeza es que Lolito ya terminó por volverse loco. El alcalde acortó distancias con el juez y tomó sus manos, invadiendo el espacio personal; por supuesto que Auron pensó lo peor, seguramente iba a morir para ser dejado sin revivir...
Pero no.

—¿Ya te dije lo guapo que estas hoy y todos los días?—mencionó Lolito, causando una gran confusión en el rostro del psicólogo.

—Ya me lo digo yo eso todos los días, no te preocupes—respondió siguiendo la broma, la broma inexistente claro.

—Pues yo también quiero unirme...

Lolito reforzó su agarre y empezó a empujarle, el miedo se apoderaba del terrorista (Auron, por si se confunde), seguramente ya lo iban a matar ahora asegurado...
Pero no.
Estaban en una pared del hogar de abuelita del alcalde, estando el mencionado encerrando a Auron contra la pared. Parecía una escena de anime Shojo, todo era tan surrealista, tan inesperado y tan...

—Asqueroso. Tío si ya tienes ganas de esas cosas contrata a un/una prostitut@. Yo no quiero nada de esto.

No respondía, esto ya se estaba volviendo tanto incómodo como preocupante, ¿era este el nivel de locura máxima?

En el rostro de Lolito, un sonrojo insano lo pintaba, los ojos reflejaban luces rosadas en forma de corazón, y su sonrisa no parecía por cortesía... Era una de esas sonrisas antes dedicadas al pobre de Mangel :(

—No necesito nada de esas cosas, Auron... Solo a ti—. Lolito acercaba su rostro con lentitud y seguridad, Auron ya se estaba impacientando, no entendía nada de lo que sucedía y eso lo ponía to' nervioso.

Esos ojos tan singulares causaban duda en Auron, ¿y si la poción se le cayó a Lolito? Eso explicaría los síntomas de él y la inmunidad del juez. Cuando de pensar salió, los labios del alcalde estaban a centímetros de conocerse con los suyos, Auron entró en pánico, le tiró una patada en los huevos a Lolito y salió corriendo. Por supuesto que el alcalde cayó derrotado y llorando por el dolor, pero eso solo le atrajo aún más...

—Me encanta lo ilegal, Auron.

KARMALAND (Auronbowl)Where stories live. Discover now