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Un nuevo día, un nuevo intento. Auron se sentía al menos listo para recibir otra putada. Sorprendentemente, el sofá del albino era tan cómodo como su propia cama del búnker, se sentía descansado y algo animado para seguir el día. El juez tendría que posponer las citas, sin consultorio sería un poco difícil tener una sesión útil, empezó a enviar avisos por su móvil a los clientes que tenían reservadas las sesiones.

—Lamento informarle que su sesión de hoy será pospuesta. La razón: un problema de fuerza mayor.

O una pócima para resumir

Y enviar. Al último anotado que tenía era a Mangel, sentía pena ya que iba a ser su primera sesión, esperaba que este le comprendiera y asista cuando ya pudiese darle consulta.
Recibió una respuesta rápidamente.

Vamos tío, nada de formalidades entre amigos, un abrazo calvoo—

Auron sonrió, aquel civil tenía una interesante particularidad, podía volver la cosa más insignificante en algo divertido y relajante. Envió un sticker y apagó su móvil.
No quería poner un pie en el suelo, las ganas se las había robado alguna hada traviesa o también llamada "Pereza", mas si quería seguir vivo debería alimentarse y despejarse, un olor invadió dulcemente la habitación desde hacía horas pero el sueño pesado le pudo.
Willyrex no se encontraba en la casa, apenas levantado Auron encontró una nota cerca suyo de parte del susodicho:

"Es imposible despertarte tío, te dejé el desayuno hecho.
He salido a trabajar, siéntete en casa
Y Recuerda no salir
Atte.
Willy ;)"

La soledad se sentía muy cómoda, desde hace dos días no tuvo un momento de reflexión consigo mismo o simplemente verse y admirarse por lo sexy que era. Pero estar encerrado no le ayudaba, aún si vivía irónicamente en un búnker. Se alistó para minar un poco, iría para enfriarse la mente y distraerse. Técnicamente no iba a salir arriba, estaría abajo, nadie le iba a encontrar por allí.

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No tardó en hallar su mina, conectada a todas las casas, sintiendo la tentación de ir por el camino a casa. Quería saber qué había pasado de su amigo Fargan, lo más seguro es que rompió los cristales y huyó de allí, pero si no lo hizo y se quedó encerrado su conciencia no le dejaría nunca en paz. Sería rápido, se adentró a su inexpugnable hogar y con algo de miedo y duda se acercaba poco a poco al ascensor del consultorio, allí donde dejó al emplumado.

"Aquí voy" Pensó al subir al consultorio. Y allí se encontraba, solo en un consultorio oscuro. Nadie se hallaba allí. Los cristales estaban intactos y todo el lugar se encontraba tal y como lo había dejado, no comprendía cómo escapó del consultorio inexpugnable si no fue por los cristales. Pero mirando el lado bueno, podría intentar hacer una consulta o simplemente mudarse a su casa nuevamente. No, tan solo el pensar eso la cabeza le negaba entre dolor, su cuerpo se oponía a tal decisión.
Una inseguridad lo invadía.
Tal vez se daría unos días más, se sentía a gusto con Willy, era reconfortante que él lo ayudase como un buen amigo.

Salió de allí, escapaba de su hogar casi corriendo, intentaba mantenerse calmado pero era un tanto difícil. Tal vez era necesario minar tal que cerdo, minar como un verdadero cerdo. Eso era, minaría hasta cambiarse de continente, podría encontrar muchos recursos útiles, estaba decidido.

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—¡Ala, ya llegué a América!
Auron, lleno de polvo y suciedad de tanto minar, llegó a la superficie en algún momento. Respiraba el aire y se sentía muy familiar, se extrañó por ello. Giró su mirada para ver en dónde se encontraba, habían boquetes a su alrededor y una mina bastante cerca suya, al terminar, se encontró una casa ya conocida.

KARMALAND (Auronbowl)Where stories live. Discover now