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—A ver... Me dices que Lolito lanzó una poción a ti.

El psicólogo asintió.

—A primeras no sentiste nada, pero luego, ¿Lolito y Fargan se comportaron como violadores?

—Así es—afirmó algo dolido—Aún no entiendo qué está sucediendo.

Willyrex miraba a su compañero sorprendido, jamás le había visto tan indefenso. Siendo este siempre tan astuto e independiente, nunca se le hubiera ocurrido esta faceta en su amigo. Cualquiera pensaría que esto era una farsa armada entre estos; pero la actitud del, normalmente arrogante, Auron decía lo contrario.
Él sólo miraba el suelo preocupado, hasta se notaba un leve temblor por todo su cuerpo... Willy se detuvo, ¿en dónde estaba mirando? Debía mantener la seriedad en estos momentos.

—Honestamente nunca oí sobre una poción así... Pero revisaré en mis librerías, seguro encuentro algo.
A Auron por fin se le formaba su sonrisa acostumbrada, miraba más animado al albino. Se paró del asiento, muy cómodo y acogedor, y estrechó la mano de su amigo, dedicándole toda su gratitud en el tacto.

—Muchas gracias Willy...
El susodicho normalmente diría "No es nada, tío. Serán 10 karmacoins de plata", pero en aquel momento, sintió algo distinto y un impulso. Su otra mano encerró la del psicólogo y con ello prosiguió:

—¡Si qui-quieres, puedes vivir aquí un tiempo!, no es seguro que vayas a tu hogar por ahora.

—Pues ni me lo planteé... Tienes razón—respondió Auron honesto, considerando la idea repentina.

Willy no podía creerlo, acababa de invitarlo a vivir con él, tampoco le cobró por el favor solicitado... Algo raro le pasaba el día de hoy. Tal vez se sentía solidario, no le prestó más atención.

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Allí estaba, un ser amarillento que lo estaba volviendo loco. Al psicólogo le daba pena simplemente quedarse allí gratuitamente, en realidad quedarse en sí le daba pena, así que decidió mínimo ayudar en todo lo que pudiese hasta poder volver, bastante sencillo y legítimamente justo, aunque un albino insistía que todo esto era injusto.
¿Cómo se atrevía a ponerlo así?, Willyrex nunca tuvo que lidiar con una situación tan bizarra; un duelo entre la razón y su corazón. Poco importaba cobrarle ahora, tampoco necesitaba del dinero, de un favor siempre se puede ganar mínimo confianza. Al menos aquello tendría de consuelo.

El ocaso se avecinaba, el albino sentía los nervios crecer al ver como el día se le escapaba de las manos, no quería pensar en el momento de dormir junto a su invitado aquella noche, justamente aquella noche donde su corazón lo estaba traicionado.
Auron se la pasaba mirando su reflejo, rogaba a los dioses que aquella aura que solo desgracias traía desvaneciese de una buena vez, el brillo de intensidad absurda había disminuido, pero era un cambio casi insignificante, esto desanimaba la actitud positiva que este intentaba mantener ante la situación.

—Bueno Willy, iré a dormir...

Allí estaba, lo que menos deseaba oír.

—... Así que, ¿en dónde está el living? Espero tu sofá sea cómodo—preguntó gracioso, esperando no haberse pasado ni echado a perder el buen humor de su amigo.

No era lo que deseaba oír, aunque sí era lo que deseaba oír. Los impulsos eran más resonantes y locos, sus manos querían explorar aquel ser y descubrir sus secretos y cada cantón imaginable, atreverse a deleitar el sabor de aquella piel tal que miel.

—Ah, sí, claro. Mi sofá es tan cómodo como mi cama... Ven te enseñaré el living.

¿Acaso se sentía reprimido?, ¿reprimido ante qué? Existía un deseo prohibido que prefería mantener en solo eso, un mero deseo. Sus manos aún anhelaban darse un paseo de lujo por aquel su compañero, pero era incorrecto. Lo último que necesitaba era recibir un tercer ataque en tan poco tiempo, debía calmarse, debía resistir, sólo serían unos días.
Aunque la idea de él yéndose no le causaba alegría ni mucho menos.

Quedaba en eso, solo observar y concentrarse en hallar aquella poción. Los efectos de la misma ya lo estaban afectando hasta en lo profundo de su subconsciente, pero el orgullo puede sobrepasar hasta la muerte si se propone. Willy era mejor que esto. Willyrex sería el héroe de la historia y así acabaría, Willyrex sería el héroe de Auron... Tal vez.

—Bueno, y eso es todo. Si me necesitas mi cuarto está allí—. El albino se proponía en irse a su recámara y descansar la mente de tanto estrés y represión, siendo detenido por una voz.

—Willy... De verdad, muchas gracias tío. No sé ni cómo voy a poder agradecerte esto en el futuro—dijo un Auron suave, tal vez un tanto vulnerable, tal vez la única vez que alguien vería a este juez tan astuto estar así.

Su corazón dio un giro de 360 grados, la cara le traicionaba y comenzaba a tintarse. Pero él era mejor que eso. Así que simplemente dio media vuelta y contestó:

—Hombre, le das muchas vueltas. Somos amigos... Que descanses.

Apenas pudo mantener el tono de voz firme, ¿aquella aura era la penumbra que lo atormentaba?, ¿o acaso sólo fue un empujón por el camino donde tanto deseaba pasear?
Sin siquiera saber la respuesta, Willyrex no quería saberla, desconectó su mente del mundo para descansar de una vez, aunque tal vez no le fuese del todo posible.

Auron sin embargo, roncaba tranquilo. La paz de aquella respuesta lo acunó en su sueño, el albino fue la calma necesaria entre tanto desmadre, ante tanto problema tan surrealista. No quería tener que cambiar el estilo de vida de hace unos días, todo menos eso, Auron vivía espléndidamente y nada debería interferir con ello.
Ni siquiera esta pócima de mierda.

Tanto sucedió en tan poco, aquel que dice "disfruta hoy porque mañana todo puede cambiar" Por más que doliese tenía razón. Un simple desliz y su vida "pacífica" terminaba hace dos días, no sabía siquiera qué sucedía, tantos sentimientos adentrándose en su sueño... Irritante costumbre de su mente.




—Pero en qué me he metido...—. Susurró en soledad, mirando aquel techo acogedor de su propia mano ser más interesante que sus problemas. —Lo lamento, Auron.

Pero ya he caído ante la trampa.

KARMALAND (Auronbowl)Where stories live. Discover now