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Karmaland se sentía triste, o al menos llovía en demasía. La mañana ya enviaba mensaje a todo pueblerino y héroe del lugar, "No es buen día para salir" Decía. Algunos aún entre chaparrones trabajaban por el pan, otros por una obsesión de perfección; cual era el caso del pequeño Alexby.
Nada detendría su construir, ni la lluvia, ni un terremoto o tsunami. No quería pasar un día más sin cerrar aquel lugar donde una mina había hecho volar todo, teniendo un living expuesto ante toda Karmaland, ni un poco de gracia le causaba.

Buscar materiales así era un poco molesto, el dinero tampoco era sencillo gracias a la pobre paga de su amado trabajo. Ser policía lo había alegrado, pero era cierto el estrés que se vivía por cada caso loco que se encontraba.
Los árboles no colaboraban al estar húmedos, la tierra tampoco daba piedad, tal vez debía usar su tiempo en otra cosa ya que no pareciese que esto saldría bien. En un suspiro de los suyos dejó su recogida de materiales para dirigirse a su hogar, pondría otro material de mientras para cerrar su living mojado.

Alexby tenía mucho para hacer aquel lluvioso día; hacer papeleo, vigilancia de las calles y también tenía que revisar el caso de Fargan.
Hacía unas semanas, el búho declaró lo siguiente: "Mi huerto y parte de mi entrada han sido destrozados, y tengo pruebas de que Willyrex ha sido el sopa de veneno". Desde entonces Alexby tenía planeado hacer una revisión a los cofres de Willyrex, en búsqueda de una simple máscara.
Pero un buen policía es justo y legal, primero irá junto al juez para pedir un permiso. Tal vez el humor característico del amarillento le trajese un poco de color a su día tan grisáceo.

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Otro día más de mierda. Ya no había razón para estar de positivos si todos los días le salían mal... Todo desde aquel día. No quería salir de la cómoda cama tampoco, porque sí, Willy había sido tan amable que le hizo un cuarto propio y una cama igualita a la suya, se sentía muy agradecido con el albino todos estos días.
Willyrex adoraba tenerlo en sus manos, podía disfrutar de su dormir y de sus palabras, todo solo para él. El día de ayer le contó algo alarmante: "He ido a mi antiguo hogar, pero Fargan ya no estaba... ¿Crees que ya puedo volver?".  No. Su respuesta fue rápida y sin dudas, con cualquier excusa convenció al psicólogo de quedarse por más tiempo, no quería tenerlo lejos nunca más.

Una pequeña tos se le escapaba, molestándolo en sobremanera. "Coño ya pillé el corona" Pensó fastidiado.

—Vamos Auron, tienes que desayunar.

Un olor se impregnó en sus fosas nasales, era dulce como todas las mañanas allí, olía tal y como restaurante. Aunque le costase salirse de entre las sábanas, hacía el tremendo esfuerzo de ir a la cocina a comer tal banquete.

—Voy...

Aún medio dormido, se levantó y se dirigió al baño. Una sonrisa de felicidad se dibujaba en Willy, aquella que sucede con cada pequeño gesto del juez.

Habían acordado un pequeño plan para que Auron pudiese seguir trabajando sin volver a su hogar. Willyrex insistió en construir un consultorio temporal en sus tierras para que no hubiese necesidad de volver, tal vez nunca, a su búnker. El psicólogo accedió agradecido al plan, después de todo tenía a mucha gente esperándole, y su profesionalismo lo era todo.

Mirándose en el espejo, se notaba que la intensidad del aura había disminuido un poquito más, pero de seguir brillando seguía. Ya estaba irritado por aquella cosa, ¿por qué Lolito le habrá hecho esto? Llegó a pensar que su buen amigo en realidad buscó matarle, o intentó ayudarle, sea lo que sea sabe que le salió el tiro por la culata. El espejo estaba acostumbrado a recibir suspiros de parte del amarillento, unas miradas atentas o simplemente odio.

KARMALAND (Auronbowl)Where stories live. Discover now