Inuyasha: Embarazada a los 16

Capitulo 13: Reencuentro I

Luego de que Sakura fuera llevada con los demás recién nacidos, dejamos a solas a Ayame y Kouga. Sango y yo estábamos sentadas en la sala de espera.

De repente, el celular de Sango empezó a sonar.

-Hola- dijo y lo puso en el altavoz

-Hola- dijo Miroku

Sango se sonrojo enseguida.

-¿Donde estás?- pregunto Miroku

- En el hospital, Ayame tuvo a su bebé- dijo Sango

-Dile felicidades de mi parte- dijo Miroku contento

-Estoy con Kagome esperando hablar con ella, luego te llamo para que salgamos- dijo Sango avergonzada

-Esta bien- dijo Miroku acompañado con una risa

-Una cosa más- dijo Sango seria

-¿Si?- dijo Miroku

-Después de presenciar "el acto milagroso de la vida"- dijo Sango blanqueando los ojos y haciendo gestos- Quiero que sepas que nunca tendré hijos- dijo decidida

Miroku y yo empezamos a reír.

-De acuerdo, algún día te convenceré- dijo Miroku

-Que tengas suerte- dijo Sango con una sonrisa

-Adiós- dijo Miroku

Sango cortó la llamada y suspiro.

-Kagome yo te quiero mucho, pero no quiero ver otro parto- dijo Sango tomándome de las manos

-De acuerdo Sango, no hay problema- le dije sincera

A la que quería a lado en mi parto era a Kikyo.

Kouga y Ayame habían estado hablando por mucho tiempo. Estaba empezando a inquietarme. Quería hablar con Ayame y Sango también. Ojala Kouga se hiciera cargo de Sakura.

-Estoy convencida de que si tendrás hijos- le dije a Sango pegandole cariñosamente en el hombro.

-No creo, a mi cuando se me mete una idea en la cabeza nada me la saca- dijo Sango testarudamente

Sango es muy cabezona.

Una de las enfermeras que estaban por ahí se nos acerco con una sonrisa.

-¿Ustedes son amigas de Ayame Hatori?- preguntó amablemente

Nosotras asentimos con la cabeza.

-¿Quieren ver al bebé?- nos dijo

Asentimos de nuevo.

Nos hizo una seña para que la acompañáramos. La seguimos hasta llegar a una habitación llena de bebés. Algunos lloraban, otros dormían y había otros que miraban a cualquier ser viviente que se les cruzara.

La enfermera levanto en brazos a Sakura, que estaba en vuelta en una manta rosa. La puso en los brazos de Sango.

-Es hermosa- dijo Sango con una sonrisa

Tal cual como dijo Sango, era hermosa, tenía la nariz de Ayame.

-¿Ahora que piensas sobre tener un bebé?- le pregunté enarcando una ceja.

-Tal vez valga la pena sufrir el parto- dijo Sango sin despegar su mirada de Sakura que dormía pacíficamente en sus brazos.

-¿Crees que nos dejen que la llevemos con Ayame?- pregunté en voz baja

La enfermera escucho y con una sonrisa afirmativa, fuimos a la habitación de Ayame. Abrimos la puerta de su habitación y ella estaba sola.

-Hola- dije en tono dulce