Capitulo 17: Charla

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Kikyo se fue y a Zuko se lo llevaron. Me era difícil de creer pero ya era madre. Todavía no sabía con exactitud que sentía, pero si comprendí algo. Siempre amaré a Inuyasha. Si terminábamos separándonos, se que jamás lo dejaría de amar. Porque el era el padre de mi hijo. Teníamos un lazo, una unión irrompible.

Estaba evitando pensar en Kikyo. Me alegra con toda mi alma que ella este aquí. Al estar tan lejos de ella entendí que nuestra relación era más importante que cualquier cosa.

Estaba de nuevo en la habitación en donde pase las horas más dolorosas y difíciles de mi vida. Me sentía tan cansada. Mi madre me había dicho que había tenido suerte de que no se extendiera tanto las horas antes del parto. Ella me tuvo a mi y a Kikyo, después de diecisiete horas de contracciones dolorosas.

Extrañaba a Zuko. Quería ir a verlo, el estaba durmiendo, tal vez, con los demás bebés. Lo quería ahora en mis brazos.

Inuyasha y yo quedamos a solas en la habitación, ya que los demás fueron a ver a Zuko. Se me cerraban los ojos del cansancio. El estaba sentado en un silla cerca de mi cama. Me acaricio la cara, de forma dulce y cariñosa.

-Kagome, lo hiciste muy bien- me dijo sonriendo con dulzura

-Gracias- le sonreí cansada

-Te amo- me dijo

Se me habían cerrado los ojos y ya estaba a punto de dormirme, pero en el momento en que me dijo esas dos palabras, me desperté al instante, esperando que no fuera imaginación mía.

Y no, no lo era. Era real.

-Todos pensaron que Zuko era un error y puede que yo también lo haya pensado al principio, pero creo que Zuko, es la mejor cosa que podría haberme pasado en la vida, tú eres lo mejor que me paso- me tomo la mano con dulzura- Aprenderemos a ser padres y te contaré todo lo que paso con Kikyo y solucionaremos cualquier problema, porque de algo estoy muy seguro y es que no creo que sienta con otra persona, lo que siento por ti- me dijo dándome un beso muy dulce

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

-No llores- dijo acariciándome el rostro

-Es que estoy muy sensible, ya te lo dijo tu madre, después del parto una queda así, hasta lloraría viendo Barney- le dije limpiandome las lágrimas

-Duerme, Kagome- me dijo mientras acariciaba mi pelo- Fue un día largo.

Cerré los ojos y por fin pude descansar.

Me desperté por un llanto. Era muy temprano por la mañana, podía ver el sol entrando por la ventana.

-Shh, Zuko por favor, deja dormir a tu madre- dijo Kikyo en voz baja.

Abrí los ojos de inmediato.

-Kikyo- dije buscándola

-Aquí estoy- dijo estaba sentada en la silla hablándole a Zuko que estaba en una especie de cunita a lado de mi cama- Inuyasha fue a dejar a una tal Kagura- dijo mientras le hacía caras graciosas a Zuko.

-¿Kagura?- dije

-Si, una alta de pelo negro largo, quería verte y espero unas horas pero no hubo caso, no te despertabas- dijo Kikyo

-Debieron despertarme- dije apenada

-Izayoi, Sango y mamá se fueron a sus casa, tenían que descansar- dijo Kikyo

Mire a Zuko con amor. Estaba despierto, envuelto en mantas azules, rosado. Kikyo comprendió mi deseo. Puso a Zuko en mis brazos y pude ver el parecido que tenía con Inuyasha, todavía no sabía con exactitud que color de ojos tenía, ya que los recién nacidos tienen ojos grisáceo los primeros días.

Inuyasha: Embarazada a los 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora