Cap. 1

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Lunes 16 , por la tarde...

-Señor Kanawut, lo buscan.

Anunció la asistente becaria desde la puerta sacándome de concentración, alcé el rostro y esperé confundido, tenía órdenes de no molestarme sobre todo cuándo es fin de mes y necesito ordenar la jodida nómina.

Alcé la ceja en señal de aprobación, tenía que ser importante.

Ella salió un segundo y regreso con una persona conocida, con la única persona que lograba que dejara mis asuntos de lado. Mew entró dejando a mi asistente con brillos en los ojos, él le ofreció un "gracias" junto con una sonrisa rápida, su aspecto atrapa a cualquier persona que pase a su lado, es alto 184 de pura masculinidad, sonrisa perfecta y ojos cálidos que lo han ayudado a salirse con la suya más de una vez, su cuerpo atlético tampoco es de mucha ayuda para las féminas. El hombre perfecto.

Por fuera es el hombre de negocios que todo mundo conoce, perfecto e intocable. Eso, sino lo conoces tanto, solo con ver su rostro podía darme cuenta de que algo no andaba bien, él sin duda está resistiendo un sentimiento que conozco bastante bien.

Mierda.

Mew se sentó sobre el sofá café oscuro de mi oficina con toda la elegancia que le permitía su cuerpo y se puso cómodo.

-Gracias, Lau. Puedes retirarte -dije aquello mientras me ponía de pie, alcancé los kleenex de mi escritorio de camino al sofá.

Ella despertó de su ensueño y rápidamente desapareció cerrando la puerta, eso me gustaba de ella, podía ser como cualquier mujer pero tenía un autocontrol envidiable cuando se daba cuenta de sus errores.

Coloqué los kleenex sobre la mesita y me senté a su lado, Mew se quedó mirando sobre la mesa en silencio. En cualquier momento...

3

2

1...

Mew rompió en llanto como si fuera un bebé de 2 años, su rostro se descompuso y grandes lágrimas bajaron por sus mejillas, con rapidez se deslizó sobre mí en un abrazo. Su cuerpo se estremeció por el llanto y su abrazo se volvió apretado como buscando un salvavidas ante su mar de sufrimiento. El único confort que puedes brindar en un momento así son leves masajes en la espalda y sostener a dicha persona, los sentimientos son algo que golpean fuerte y logran descontrolarte por eso se debe tener paciencia.

¿Alguna vez han escuchado "las apariencias engañan"? bueno mi mejor amigo es uno grande.

Sucede que Mew ante la sociedad es todo lo que cualquier persona podría querer. Mi amigo es educado, de temperamento fuerte, astuto, un líder que dirige su propia empresa y algunos en la industria de lo automotriz le temen. Toda esa apariencia es única aunque todo se reduce a solo apariencia, él tiene un corazón noble y tierno. Bueno, ese otro lado solo lo conoce su madre y yo por una extraña razón, nadie más ha visto su naturaleza en su máximo esplendor.

-¿Qué sucede? -pregunté al fin.

-Sandra... -su voz se quebró.

Suspiré, algo así me había imaginado.

-¿Por qué rompió contigo?

Siendo honesto, no comprendo del todo a las mujeres. Ellas tienen un buen hombre como Mew que las ama, las cuida y sobre todo las consiente como nunca he visto a nadie pero extrañamente mi mejor amigo tiene un don para que lo dejen, siempre con excusas pobres. Desde que lo conozco hace 6 años a este hombre terminaron con él tantas veces que perdí la cuenta. Aunque con Sandra creí que todo iba perfectamente teniendo en cuenta que hace un mes se habían comprometido. Me equivoqué, el rostro de mi mejor amigo dice que lo han dejado, otra vez.

VulnerableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora