Cap. 14

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*la historia es ficticia no representa a  nadie en particular.*

nota: solo nos queda 1 capítulo más y el epílogo hermosas personitas, gracias por leer<3

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Día desconocido. ¿?

El sonido de un televisor en volumen bajo fue lo primero que reconocí, era un programa de esos donde las personas participar para ganar premios. Abrí mis ojos con pesadez, lo sentía como aquella vez que por equivocación me tomé las pastillas para dormir de mi madre. Luego de que mi visión borrosa comenzó a adaptarse comprendí que la habitación no era familiar y que era de noche, la ventana tenía las persianas abiertas y la lámpara de afuera estaba encendida. Involuntariamente traté de mover mis manos, solo una de ellas lo hizo y estaba ocupada siendo sostenida por alguien. El otro brazo estaba firmemente sujetado con algo.

El cuerpo de alguien estaba recostado en mi cama y aferraba mi mano entre las suyas mientras dormía. Poco a poco mis recuerdos regresaron. Así que perdí la pelea y fui brutalmente masacrado, por lo tanto, me encontraba en la habitación de un hospital.

Maldita sea me va a querer matar Mew.

Analicé mi cuerpo, todo dolía desde la cabeza hasta los pies, traté de no hacer movimientos bruscos o soltaría gritos. Así que me limite a mover solo mis manos, toqué con suavidad el rostro dormido de Mew, podía darme cuenta de las bolsas bajo sus ojos y la sombra de su barba creciendo. Tal vez he estado aquí un día o dos. Las caricias suaves lograron hacer despertar a Mew. Él despertó desorientado por un segundo luego se puso en alerta buscando mi rostro, al darse cuenta que estaba despierto él se sorprendió.

-Hola –quise decir pero salió como un gruñido.

Joder, duele incluso hablar.

-Estás despierto –susurró Mew, sus ojos mirándome atentamente como si pensará que es un sueño, luego se levantó.- Iré por la enfermera. No te muevas.

-¿A dónde iría? –pregunté ganando otro dolor en mi garganta.

Mew jadeó.

-Cállate. Estoy furioso contigo... lo hablaremos después, espera.

Y Mew salió corriendo por la enfermera.

Una hora más tarde, con unos análisis en camino y unos agujeros en mi brazo izquierdo por tantas jeringas, finalmente la enfermera y el doctor a cargo habían abandonado mi habitación. En realidad no quería quedarme a solas con Mew sabía que él estaba muy preocupado por mí y su lado sobreprotector iba a comenzar a salir y ante eso aún no estaba preparado.

Inesperadamente su furia no llegó. Mew me ayudo a beber un poco de agua, luego cubrió con una frazada azul mi cuerpo, acomodó mis almohadas y observó que el suero en mi brazo estuviera bajando después de eso se sentó a mi lado, tomó mi mano y me brindó una cálida sonrisa.

Fruncí el ceño.

-¿Cuántos días he estado aquí? –pregunté, mi voz todavía algo ronca.

Mew apretó los dedos de mi mano.

-Tres días –respondió con suavidad.

Observé su rostro por un minuto. Algo no estaba bien con él. Y fue entonces que sus ojos se enrojecieron y apretó los labios evitando llorar, de inmediato esquivo mi mirada.

-¿Qué fue tan grave? –volví a preguntar.

Esos bastardos...

-Quién quiera que te haya asaltado te golpeó hasta quebrarte algunas costillas y tu brazo izquierdo, lo más grave fue que te apuñalaron así que perdiste mucha sangre... –murmuró Mew dejando caer aquellas lágrimas que sin duda había estado aguantando.

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