Cap. 4

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Jueves 26, por la noche...

Algo acaricia mi frente.

Ahora se siente sobre mi mejilla.

Abro los ojos, aunque me siento desorientado por el sueño. Lo primero que capta mi vista es el rostro de Mew con una sonrisa en sus labios es él quién está acariciando mi rostro y se encuentra inclinado sobre mí. Mi cerebro procesa que me encuentro en mi departamento, pero no recuerdo como llegue desde la oficina.

- ¿Un mal día? –preguntó él con su voz gruesa.

Asentí un poco. Mi mente ya despertó, pero mi cuerpo aún no.

- Te llevaré a la cama o te dará dolor de espalda, eso te pondría de mal humor –dijo Mew mientras pasaba sus brazos bajo mi cuerpo y me levantó con un movimiento fluido como si yo fuese un oso de peluche que no pesa nada. Él continuo: - No te preocupes, por la mañana las cosas se verán mejor, hoy te cuidaré.

Mew camina conmigo en brazos, cuando él gira me percató que hace un momento estaba sobre el sofá dormido, no recuerdo eso tampoco. No puedo responder o pensar, estoy tan agotado. Mew entra a mi habitación, mueve las cobijas para colocarme dentro de la cama con suavidad, entonces me cubre con la sabana. Él me regala otra de sus hermosas sonrisas mientras toca mi mejilla, y cierro los ojos dentro de un sueño profundo.

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Viernes 27, por la mañana...

Algo me molesta en mi mejilla.

Suelto un manotazo para quitármelo. Se detiene un segundo y otra vez vuelve a molestarme.

Golpeo lo que sea que me esté molestando, entonces escucho un quejido que me hace abrir los ojos. Mew se encuentra a centímetros mi rostro y tiene una sonrisa de diversión. Me pongo tenso, ¿cómo llegue a aquí? ¿cuándo llegue a casa? Trato de recordar y lo primero que se viene a mi mente es que Sandra estuvo mi oficina, luego salí de ahí para ir a buscar a alguien y entonces regresé a casa. No recuerdo más.

-Hola, perezoso –dijo Mew con su tono burlón.

Parpadeo incómodo.

-Tú me metiste en la cama –acusó.

Asintió. - Cuando llegué del trabajo te encontré muerto en el sofá, creí que iba a tener que llamar a mentes criminales, mi mejor amigo llega temprano y aparece dormido en la sala, eso no es común.

¿alguna vez he dicho que Mew se cree divertido?

-Idiota. –me quejé.

-Oye, este idiota te cuido anoche, deberías darme las gracias.

-De ninguna manera, conozco tu forma de que te de las gracias, así que no. –replicó de inmediato, él siempre hace que me ponga en vergüenza después de hacerlo.

- ¡Gulf! Yo te cuide anoche merezco que me agradezcas o un premio –se queja, se apoya en su codo para verme desde arriba. Mierda, él no lleva camisa.- Debes hacerlo.

-¡He dicho que no! –alcanzó la sabana y me cubro con esta la cabeza.

-No puedes esconderte, sabes que siempre te encuentro –dijo riéndose, comienza a jalar la sabana y así empezamos una pelea por quién tiene más fuerza en jalar la estúpida sabana- ¡Ríndete!

¿Por qué mi vida se convierte en un estúpido momento de adolescente descerebrado cuando estoy con él? Me siento tan torpe.

-Mew estas siendo infantil, quítate de encima –me quejó cuando se echa sobre mí cuerpo, dejándome indefenso y sin poder salir de la cama.

VulnerableWhere stories live. Discover now