— ¿Sabes? Me gustaría vivir en el extranjero. — sonrió Luzu, acostado en su cama bocarriba mientras Auron lo acompañaba mientras jugaba a su movil.
- ¿En serio? ¿Por qué?
- Debe ser genial salir de España. Conocer más personas, lugares...
Auron, de dieciocho años negó, dejando su telefono. Se acostó al lado de Luzu, apoyando sus brazos flexionados tras su cabeza.
Miraban el ventilador que estaba pegado al techo de la habitación de Luzu, de también dieciocho años.
- Pues yo no tengo interés en viajar.
- ¿Por qué no?
- Tengo todo lo que necesito aquí mismo. — suspiró cómodo, sonriendo con los ojos cerrados.
Luzu encarnó una ceja, recostandose.
- ¿Todo? ¿A qué te refieres con todo?
- A una persona.
- ¿Sarah? — inquirió. Raúl negó igual de tranquilo — ¿Tu madre?
- No. Es alguien que conoces.
- ¿Lo conozco? — Auron respondió un <<Ajá>>, aguantando su enorme sonrisa ante la incredulidad de Luzu.
Luzu quedó pensando.
- ¿Mucho?
- Ya lo creo. Lo conoces mucho. De hecho, teneis mazo de confianza.
Luzu, sin idea de a quien se refería Auron, hizo una mueca de confusión.
Raúl abrió los ojos, encontrandose con la graciosa mueca.
Comenzó a carcajear. Luzu gruñó, dandose un pequeño manotazo en el costado, provocando una pequeña queda a medias de la risa del mayor.
- ¡Deja de reirte, que pareces idiota! — exclamó.
- Es que no te enteras, Luzu. — siguió riendo, más calmado.
- ¿Enterarme de qué?
Auron dejó de reir, sonriendo risueño. Suspiró feliz, cerrando los ojos.
- Esa persona tan especial parq mí y a la que tú conoces... es nada más y nada menos que tú, Luzu. — confesó.
A Luzu se le iluminaron los ojos. ¿Él era la persona eapecial para Auron?
Luzu suspiró, volviendo a tumbarse junto a Auron. Sus cabellos despeinados y su gorro ocultando parte de su abundante cabello.
Cerró los ojos.
- ¿Lo dices en serio? — murmuró, volviendo a abrir los ojos mientras giraba su cabeza para mirar a Auron.
Él seguía con los ojos cerrados, pero con una leve y tranquila sonrisa en sus labios.
- Tan seguro como que eres el chico más agradable que conozco.
Luzu rió leve, dejando de mirar a Auron.
- Somos jóvenes, Auron.
- Dicen que mientras más joven sea el amor, más puro e inocente es. — se excusó.
- Lo sé, pero... ¿Que pasa con los demás?
Auron abrió sus oscuros ojos, mirando a Luzu con calma. Luzu miraba con leve nerviosismo a su amado.
- Me la suda los demás. Solo me importas tú.
- Así que eres el típico chico que se salta las reglas y no le importa el que dirán para ser guay, ¿no? — sonrió Luzu burlón. Sabía que aquello podía molestar levemente a Auron, y le gustaba molestarlo a veces.
- Estás en lo correcto.
- ¿Y eso es guay?
- ¿Te lo parece a ti?
Luzu rodó los ojos, con una sonrisa contenida en aus labios. Solo cuando giró su cabeza hacia el lado contrario a donde esfaba Auron, se pudo permitir sonreir.
- Por cierto. — lo volvió a mirar — ¿Como vas con los deberes de matemáticas?
- Están en mi mochila.
Luzu se levantó de la cómoda cama y caminó hacia el escritorio. Cogió la mochila de Auron, sacando la libreta.
Sus ojoa casibse salen de sus órbitas al ver lo que había pintado en el cuaderno.
Había una graciosa caricatura de la profesora de matematicas. Era totalmente aquella mujer.
El dibujo tenía un pequeño titulo: "Puerca".
- ¿Pero qué es esto? Creí que acordamos que te esforzarías en mates.
- ¿Qué? ¿Y no lo he hecho? He empleado el cuaderno de mates para hcer uba obra de arte. — sonrió con aires de burla.
- ¡Ahg! A veces no te aguanto, Raúl.
¿Que te hizo cambiar de opinión, Raúl?
¿Por qué ya no somos tú y yo contra el mundo?
¿Por qué me has sustituido?
...
Me duele...
Creí que me amabas...
