Veintidós.

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- Buenos días. — exclamó Rubén mientras entraba al local. Mangel lo miró, sin inmutarse.

- ¿Que haces aquí? — le preguntó, entrecerrando los ojos.

- Tienes la cara de un zombie, Miguel. — frunció el ceño — ¿Acaso no has dormido bien?

- No... — confesó frotandose los ojos con cansancio.

- ¿De nuevo Luzu? — Mangel asintió. — Me lo imaginé.

Luzu llevaba ya cuatro días quedandose em casa de Mangel. Y en resumen simplemente tenía cambios de humor muy drásticos.

- Si sigues así, terminarás cayendo al suelo del sueño. — dijo Rubén mientras se quitaba su chaqueta y la dejaba en una silla.

- ¿Y qué coño pretendes que haga? Es mi mejor amigo y me necesita.

- Mh... — murmuró pensativo en voz alta, se rascó un poco su barba apenas crecida — Comprale un simio entonces.

- ¿Tú me estás tomando el pelo o qué, eh? — le exclamó.

- Para nada, princesa. Simplemente no me gustaría encontrarte durmiendo en el jodido suelo.

Aquello hizo que las mejillas de Mangel ardiesen de vergüenza.

- Además, tenía pensado comprarle un mono a nuestta hija por su décimo cumpleaños.

- ¿¡Pero tú estás loco!?

- Tranquilo, aún faltan algunos años. — se excusó.

Rodó los ojos. Con un suspiro pesado siguió con si tarea, limpiando mesas.

- Bueno... — comenzó a hanlar Rubén.

- Luzu está con Maya, por si era eso lo que buscabas.

- No, no. Yo venía a preguntarte otra cosa... — dijo, algo nervioso — ¿que pasa con nosotros?

Mangel paró de limpiar. Miró a Rubén con una ceja encarnada, mirandolo sin entender nada de lo que acababa de decir.

- ¿A qué te refieres? — murmuró Mangel, dejando el trapo húmedo. Se apoyó con una mano en la mesa mientras que colocaba su otra mano en su cadera, cargando todo su peso en el pie derecho.

— Ya sabes... — el mayor parecía nervioso — somos pareja tecnicamente, ¿no?

El menor no sabía si echarse a reir sarcásticamente o ignorar aquella estupidez.

- Tengo cosas que hacer, gracias. — le dió la espalda, caminando hacia el mostrador.

Rubén farfulló un <<joder>>. Se acercó a Mangel en una sola zancada, agarrandolo de la muñeca.

- Escuchame, hablo en serio. — masculló, mirando a su alrededor en una rápida mirada.

- Yo también, Rubén. —se zafó del agarre, mirando al mayor con el ceño fruncido.

Rubén se relamió los besos con nerviosismo. Buscó algo en los bolsillos de sus pantalones, parecía algo nervioso.

Sacó un sobre abierto, con una carta doblada por la mitad en su interior. Se la entregó a Mangel.

Al tenerla en las manos, Mangel comenzó a leer. Rubén se pasó la mano por su flequillo, gesto que hacía cuando sentía muchos nervios.

“ Estimado señor Doblas.

Nos complace anunciarle que hemos quedado maravillados ante su magnifica idea sobre la actualización del proyecto G-7.

Sería un placer que usted trabajase especialmente en ello, sieneo usted el jefe, claro está.

Escribanos cuanto antes. Le enviaremos cuantos billetes de avión a Los Ángeles necesite para su familia.

Un cordial saludo. ”

Al terminar de leer, la respiración de Mangel se entrecortó un poco.

- Me voy a Los Ángeles, Miguel. — dijo en un tono bajo, tras minutos en completo silencio, siendo las ajenas conversaciones el único sinido.

<< Los Ángeles.... >>

Cuando estuvo en la fase del divorcio con Rubén, siempre quiso que se marchase a otro paí, a la punta del jodido mundo. En esos momentos lo odiaba tanto, que deseaba que un piano le romoiese esos pies de payaso que tenía.

Pero ahora no parecía tan satisfactorio el saber que Rubén estaría lejos.

Lejos de él.

Mangel tragó saliva, para posteriormente carraspear. Comenzó a asentir lentamente repetidas veces.

— Así que Los Ángeles, eh...

- Sí. — contestó Rubén, mirando a Mangel. La desesperación corría por sus venas al ser conciente de que Mangel no se diganaba siquiera a mirarlo — Mangel, por Dios, dime algo.

Mangel....

Hacía años que no escuchaba a Rubén llamarlo por el apodo cariñoso que él mismo había inventado para Miguel.

- ¿Qué quieres que te diga? — masculló Mangel, aun mirando con la cabeza gacha a la carta. — Me alegro por ti, espero que tu novia Cassie y tú seáis muy felices allí.

- Mangel...

- ¿Qué? — lo miró por fin. No podía evitar sentir rabia — Es que no sé que quieres que te diga, tampoco me esperaba que me dijeses esto, ¿sabes?

Rubén se frotó el rostro con sus manos, soltando un sonoro y exageradi suspiro de agotamiento. Mangel rodó los ojos, exaltado.

- No lo entiendes...

- ¿Que no entiendo?

- Quiero que vengas conmigo a Los Ángeles, Mangel.


Luzu se encontraba recostado en el sofá, con sus audífonos puestos mientras escuchaba Twenty One Pilots.

Últimamente se estaba sintiendo exactamente igual que cuando tenía dievinueve años y había discutido con Raúl, su primera pelea como novios.

Suspiró. A su lado estaba Claire, la novia de Rubén, junto con sus amigas y Maya.

- Oh, sí, estoy muy segura de que Rubén aceptará ese viaje. Siempre ha sabido que me encanta Los Ángeles. — decía, mientras reía junto con sus amigas.

- ¿Tú crees? — inquirió una — ¿Ya eres amiga de Maya?

- Por supuesto que sí. —dijo animada, mientras acariciaba los cabellos de la niña que no parecía agradarle nada aquello — Parece que ya me ve como una segunda madre y no como la asistenta de su padre.

Maya no dijo nada, seguía concentrada en su dibujo. Las amigas de Claire rieron.

- ¿Qué dibujas, cariño? — le preguntó Claire en tono meloso, fingiendo interés.

- Es un elefante aplastandote la cabeza. — sonrió Maya, enseñandole el dibujo. Mientras que en su sonrisa se podía ver su pequeño diente, donde hacía meses había un hueco, creciendo.

Claire miró a la niña con una sonrisa forzada. Las amigas de la castaña aguantaron la risa.






























hola buenas, ya vine de comprar cigarrillos ✌😔 JAJSJAS ahre

YA EN SERIO, LO SIENTO.

tenía demasiadas ideas, necesitaba ponerlas en orden.
Y LAS JODIDAS CLASES ONLINE NO AYUDAN.

¿os acordáis aún de mi? :c
eso espero.

hola buenas, t amo.
ah0ra dilo tú 🌚🔫


P. D: YA SÉ QUE FINAL VOY A PONER SJSJJAJSA

Hey, Auron...Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon