Prólogo [Editado]

422K 9.9K 1.3K
                                    

Prologo:

Narrado por Tessa:

Siempre creí que el mundo era un lugar retorcido, cruel y despiadado pero con el tiempo de mi lado, fui capaz de comprender que tan equivocada estaba. El mundo no es el malvado de esta historia, lo es la sociedad que lo habita y que lamentablemente tengo que componer.

Era por esa sociedad que no me era posible decir quien era, que hacía y que diferencia marcaba con el resto. No quería ser juzgada, no quería ser tratada de una manera diferente e incluso distante. No me gustaba el comportamiento de la sociedad por el simple hecho de los prejuicios que se han mantenido a lo largo de nuestra historia y, aún cuando me resultaba triste, parecían querer mantenerse por mucho tiempo más.

¿Qué es lo que haces cuando sueñas con el futuro? Crees que es un simple sueño pero ¿cuando se hacen realidad?

—Otra vez estás en tu mundo. —Rose, mi mejor amiga, había chasqueado sus dedos sobre mi cara al mismo tiempo que explotaba un globo de goma de mascar—. Estoy contando mis planes para este viernes y tú —dijo señalándome—, estas en la luna.

—Dijiste que estaba en mi mundo —respondí con una sonrisa al tiempo que me levantaba de mi cama, aunque mi cuerpo rogaba unos minutos más—. Que rápido se puede viajar a la luna ¿no?

—No intentes ser comediante. —Rose tenía una costumbre que lograba fastidiarme y era que tocaba todo lo que estaba a su alcance, en ese momento, fueron mis perfumes—. ¿Crees que los comediantes ganen bien? Tal vez pueda sugerirle eso a Malcom.

Pensé en Malcom y sonreí. En el fondo aquel chico me daba pena porque las relaciones con Rose no duraban demasiado y no porque no encontrara chicos buenos, sino porque aquello no era lo suyo. No buscaba una relación donde volverse dependiente, pero tampoco quería una relación donde no le prestaran atención. Era una mujer complicada, y por eso era mi mejor amiga.

Malcom había se había convertido en parte de su pasado mucho más rápido de lo que seguramente creía posible.

—¿Lo mandarás a volar?

—Ya lo hice —respondió—. Es un buen chico, pero no es lo que estoy buscando.

—¿Y que es lo que exactamente buscas?

Rose estaba de espaldas dejando a la vista aquella blusa de tirantes con la espalda parcialmente descubierta. No le quedaba para nada mal, era una chica que tenía una figura envidiable, una piel clara haciendo suficiente contraste con el color generalmente oscuro de su ropa y aparte, Rose tenía la seguridad suficiente sobre su cuerpo.

Una persona segura de sí misma es capaz de conquistar el mundo.

—Busco sentirme acompañada —respondió mientras volteaba a verme con una sonrisa—. Ya sabes, nada de estar controlada o descuidada. Quiero querer compartir mi tiempo con alguien, no sentirlo como una obligación.

Rose no era expresiva en muchas cosas pero cuando se hablaba de relaciones, no tenía problema en exponer los pensamientos que mantenía firmes desde que era tan solo una niña. No quería un príncipe azul, tampoco un descuidado, sino un punto medio.

—Espero que lo encuentres pronto.

También esperaba encontrarlo pronto yo, o viviría toda mi vida rodeada de perros porque los gatos me resultaban muy prepotentes como para compartir mi casa con ellos.

—No me quejo, es algo divertido algunas veces. —Caminé hasta el sofá individual que había en una esquina de mi habitación y tomé el pijama que siempre dejaba doblado sobre el mismo, una costumbre que después de tanto tiempo, nadie podría quitarme—. Como te decía, te contaba los planes que tenemos para mañana.

The boy in my dreams [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora