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Babette

—Mierda, gracias— le agradecí a Daniel cuando salió del chino con los cigarrillos y me prendí uno enseguida pasándole el encendedor

—¿Estas bien?— preguntó al verme tan alterada y asentí largando el humo

—S-si, onda no se Dani, hace mucho no vengo y...

—Esa es una excusa— me interrumpió y rodé los ojos— mejor decime la posta, y por que le mentiste a Biza con tu nombre

—Para empezar llámalo por su nombre por que no me gusta

—A él no le gusta que le llamen por su nombre

—¡Pero te lo estoy pidiendo yo!— alce la voz y soltó un suspiro, aveces podía ser un poquito exigente— perdón, pero por favor llamalo por su nombre

—'Ta bien, ¿entonces podes decirme por que le mentiste a Gonzalo?— preguntó remarcando su nombre y le di otra calada al cigarrillo

—Por que ya lo conozco Dani— conteste y me miró alzando una ceja— lo conozco de toda la vida, desde el primario

—¿Posta?— preguntó sorprendido y asentí

—Sip, pero el problema es que... me molestaba en el colegio, me hacía sentir mal todo el tiempo, y-yo antes era gordita y tenía la cara más fea que hayas podido ver en toda tu vida— me reí pero Daniel no, me miraba analizando mis palabras, tratando de entenderme, o así lo veía yo

—O sea que Gonzalo te molestaba, por tu físico, y ¿por eso no lo querías ver?

—Claramente ¿quien no odia a la persona que le hizo la vida imposible en el colegio?, todos amigo— me alce de hombros obvia

—Bueno, en eso tenes razón— dijo estando de acuerdo y asentí con la cabeza— pero, ¿que tiene que le hayas mentido? capaz tarde o temprano te recuerda

—Prefiero que me recuerde tarde, si le hubiera dado mi nombre me reconocería al instante, por eso mentí— explique y tire el cigarrillo al suelo para pisarlo después

—¿Y ahora?

—¿Ahora que? Ahora nada, todo sigue igual, tendrás que llamarme Lu, o Lucrecia cuando estemos con el, por nada del mundo pienso decirle quien soy— me cruce de brazos y negó con la cabeza

—Tenes que decirle— susurró y negué

—Nunca, y vos no vas a decir ni media palabra, si te lo conté fue por confianza boludo, por favor no me quedes mal— supliqué y se rascó la nuca asintiendo

—Está bien, no dire nada— dijo alzando las manos y lo abracé dándole las gracias

Después de eso caminamos de regreso a casa de Gonzalo, estaban haciendo unos beats, y le pedí a Daniel que me acompañara por unos cigarrillos al chino, recorrer Argentina por un rato me trajo malos y buenos recuerdos, cuando mis viejos vivían y, malos, todos los que me molestaban cuando caminaba, o ese tipo de cosas, siempre tuve que vivir con eso, pero con el tiempo terminé acostumbrándome.

—No amigo ¿viste estas gafas? Son la muerte— dijo Gonzalo enseñándole a Dani un cajón donde había bastantes

—A ver préstame unas— le pidió y Gonzalo le dio unas oscuras con el armazón blanco— Uh me veo re fachero

—¿Que decís Lu?— me preguntó Gonzalo y trague grueso

—¿S-sobre que?— tartamudee y me pegue una cachetada por dentro, no podía ser tan idiota, ponerme a tartamudear y encima con Gonzalo

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