Final.

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Cinco años después.

El cuerpo de Gonzalo se removió en la cama al escuchar la alarma sonar, buscó topermente su celular, cuando lo encontró apagó la alarma con toda la pereza del mundo, abrió un ojo para ver la hora y se levantó de golpe haciéndose caer de la cama, intentó despertar y cuando lo consiguió se vistió lo más rápido que pudo, salió corriendo de la casa para montarse en el coche y arrancar.

—Dios, decime que aún estás ahí— dijo algo desesperado por el pequeño tráfico que había, cuando pudo pasarlo arrancó lo más que pudo

Estacionó mal por la prisa pero no le importó, corrió a la entrada y se puso de cuclillas para tomar por las mejillas a la nena que estaba llorando para tranquilizarla.

—Papi, ¿p-por que no llegabas?— preguntó la nena entre sollozos y Gonzalo se sintió muy mal, por suerte era la primera vez que pasaba, pero verle la carita de miedo y llena de lágrimas a su hija, lo destruía

—Dai, perdóname— pidió Gonzalo intentando abrazarla pero ella se negó— Daira

—Me olvidaste— dijo aún llorando y Gonzalo negó con la cabeza

—No no, jamás, pasa que me quede dormido, pero acá estoy, ¿vamos a casa si?— intentó consolarla, Daira dejó de llorar y asintió despacio con la cabeza

Empezaron a caminar y cuando Gonzalo quiso darle la manito, Daira la sacó, estaba realmente molesta con su papá, no podía creer que se le olvidara recogerla del colegio por quedarse dormido, lo único que ella sabía era que le contaría a su mamá sobre lo que hizo Gonzalo.

Cuando llegaron Daira directamente fue por Óscar, el gato, estaba muchísimo más grande, lo tomó en brazos y sin ver a su papá se encerró en su habitación llevándose al gato con ella.

—Mierda— susurró Gonzalo para el

Justamente le estaba entrando una llamada de su mujer, y con miedo atendió.

—¿Fuiste por Dai?— preguntó enseguida Babette y Gonzalo rodó los ojos, hasta Babette desconfiaba de él

—Si amor, ya está acá

—Me dijo lo qué pasó— Gonzalo abrió los ojos enseguida, se pegó en la frente al recordar que la computadora estaba en la habitación de Daira, por donde podía mandarle mensajes a su mamá o a él

—S-si, ya se, perdón, nunca me había pasado, sentí miedo posta. Ahora está encerrada, está molesta conmigo, y me imagino que vos también...

—No yo no— Gonzalo frunció el ceño

—¿N-no?

—Nop, estoy a unas calles, llego y hablamos— dijo Babette y Gonzalo pronunció un "si", después de eso cortó y soltó un suspiro pesado mientras dejaba caer todo su cuerpo en el sillón

Pasados unos cinco minutos la puerta se abrió, vio a Babette con una bolsa de compras la cual fue a dejar a la cocina, Babette se sentó a lado de Gonzalo en el sillón y enseguida Gonzalo la abrazó para acurrucarse con ella.

—Soy pésimo como padre— dijo Gonzalo con voz ahogada, puesto que estaba escondido literalmente

—Claro que no— dijo Babette mientras le hacía mimos— tranquilo Gonza, a uno le puede pasar, no es tu culpa

—Pero ahora no me habla, seguro me va a odiar toda su vida— dijo saliendo de su escondite haciendo un mini puchero

—No digas boludeces amor, ella te ama, así como yo a vos, solo esta molesta por ahora y es entendible— explicó Babette mientras le sonreía y Gonzalo se sintió aliviado cuando vio esa sonrisa, le gustaba mucho

arte - bizarrap Where stories live. Discover now