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Gonzalo

Fruncí el ceño cuando escuché sollozos en un callejón, me detuve en seco al ver a una mina abrazándose a sí misma, me saqué la mochila y me puse de rodillas a su lado, cuando la vi bien supe que era Babette, la analicé de arriba a abajo, tenía la pollera del colegio subida y la camisa algo desabrochada, tragué en grueso al pensar que le había pasado, la tome por los hombros he intenté hablar.

—Babette, ¿qué pasó?, ¿t-te hicieron algo?— pregunté pero ella solamente lloraba, mire por todo el callejón y encontré su mochila tirada un poco más lejos de nosotros, la tome y busqué en sus libretas la dirección de su casa— Babette levántate

—N-no, no, no— negó rápidamente y me abrazó como si fuera lo ultimo que hiciera en su vida, trague grueso y la aleje de mi un poco para abrocharle bien la camisa, como pude le baje la pollera, pero seguía llorando y aferrándose a mi cuerpo

—Te llevo a casa, pero primero decime si te hicieron algo, dale hablá— pedí, salió de su escondite para verme, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, la nariz roja al igual que sus mejillas

—N-no, no recuerdo, no me acuerdo— dijo desesperada y asentí con la cabeza— n-no se— repitió y se escondió de nuevo

Le revisé las piernas, los brazos y el cuello para ver si tenía lastimaduras, solamente tenía morado en las muñecas, seguramente estaba forzando y la tomaron fuerte de ahí mismo para inmovilizarla, solamente tenia eso a la vista, no podía saber si le habían hecho algo más, puesto que eso ya tenía que ser con un médico.

—Tenés que caminar Babette, ¿si?

—No puedo, m-me duelen las piernas, mucho— lloriqueo y solté un suspiro

—Yo te ayudo, pero en serio tenés que caminar, ayúdame Babette, no puedo si lo hago solo— pedí y me colgué la mochila de nuevo, Babette se limpió las lágrimas y asintió débil, la levante del suelo, y las piernas le temblaron cuando estuvo de pie, todo su cuerpo temblaba, la tome de la cintura para evitar que perdiera el equilibrio tome su mochila y me la lleve en la otra mano

Caminamos unas calles, por suerte no vivía tan lejos de donde estábamos, cuando estuvimos frente a su puerta ya podía caminar con normalidad aunque aún lloraba, en silencio, pero lloraba.

—No llores más Babette— le di su mochila— ahora le contás a tu mamá lo qué pasó, ella sabrá que hacer, y-yo no puedo hacer más, tú mamá me odia, lo sabes, pensara que yo te hice algo

—L-lo se— susurró— pero, no se qué pasó, no me acuerdo, me cuesta

—Intenta recordar— dije y toque el timbre de su casa— me voy

—G-gracias— murmuró y se volvió a tirar sobre mis brazos, se lo correspondí y cuando escuchamos la voz de su madre nos separamos, le dije que todo estaría bien y me fui a paso rápido

Babette no lastimaba a nadie, ni hacía cosas malas, entonces, ¿por que tenía tanta mala suerte?.



Me desperté cuando mi celular empezó a sonar, me había quedado dormido, vi la hora y eran las siete de la tarde, atendí la llamada mientras me sentaba en la cama para despertar un poco.

—Gonzalo, buenas noticias— dijo Pilar del otro lado algo emocionada

—Decime

—Creo que Lalo puede ir en dos días, ¿está bien?— preguntó y asentí aunque no pueda verme

—Si, perfecto Pilar gracias

—Bueno, ¿mañana nos podemos ver?

—Sip, ¿querés que vaya a tu casa?— pregunté mientras me acostaba de nuevo

—Si, te aviso la hora más tarde, chau Gonza

—Chau Pilar— dije y corte la llamada, me puse a boludear con el celular y la puerta de mi habitación se abrió

Fruncí el ceño al ver a Babette entrando con una sonrisa, ¿no podía tocar antes de entrar?.

—¿Babette?— cuestioné confundido, me senté en la cama con mi espalda pegada al respaldo, Babette no dijo ni media palabra, se subió en la cama y se sentó encima mío—¿q-que haces?

—Shhh— me calló y llevó mis manos a su cintura, las dejé ahí y se sacó el buzo que traía, trague en seco al ver que no traía corpiño, dejándome ver sus tetas

Dejó un beso en la comisura de mis labios y fue a mi cuello, fruncí el ceño cuando un olor muy fuerte a alcohol llegó a mis fosas nasales, negué con la cabeza y la separé de mi.

—¿Babette estás en pedo?— pregunté pero no respondió, solo se alzó de hombros y se empezó a reír

—T-tal vez— tartamudeo alargando las palabras y la saqué de encima mío— ¡eh, ¿q-que te p-pasa loc-co?— no le di bola, le puse el buzo de vuelta y la tome de la mano

—Vení—la ayude a bajar las escaleras, fui a la cocina y la senté en una silla, le mojé el cuello con agua y le di algo de morfar para que se le bajara el pedo que traía— ¿de donde tomaste?

—Ron— respondió y busque la botella de Ron que tenía en la cocina, la tenía un poco más de la mitad, pero ahora estaba casi vacía, solo quedaba un trago

—Vamos a dormir dale— dije y se levantó de la silla, ya no estaba tan en pedo como hace un rato

—¿L-los dos?

—No, vos en tu cama y yo en la mía— respondí y vi como un puchero se formó en sus labios—¿o querés dormir conmigo?

—Sino es molestia

—Sin juegos nada más— advertí y asintió con la cabeza

Fue a su habitación a ponerse el pijama, yo hice lo mismo y cuando entró se metió entre las sábanas, apagué la luz y me acosté también, le di la espalda y ella también a mi, se sentía raro dormir con ella después de mucho tiempo y más sin poder tocarla.

—Descansa Gonza— escuché que susurró y respondí;

—Vos también Babette

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—Gracias por pagarme el Uber, chau Gonza— dijo Pilar dándome un beso en la mejilla y le di un abrazo

—Nada que agradecer, nos vemos— la despedí y vi como se fue en Uber, entré a mi casa y subí las escaleras para ir al estudio, antes de poner la mano en el picaporte escuché desde el otro lado la melodía de un piano, y después a Babette cantar

La rosa va a en su florero, cuerpos perfectos, rostros perfectos, ellas pertenecen a las revistas...pero soy un girasol, un poco divertida, si yo fuera una rosa, tal vez me querrías. Si pudiera cambiaría de la noche a la mañana, me convertiría en algo que pueda gustarte, deseando que pudieras verme parada allí...pero soy un girasol, un poco divertida, si yo fuera una rosa tal vez me elegirías, pero sé que no tienes idea, este girasol está esperando por ti, esperando por ti...— cantó y no sabía que hacer, me había quedado sentado a un lado de la puerta escuchándola, el picaporte se escuchó y salió ella, la miré y estaba llorando—llegaste, n-no te escuché, ¿me escuchaste todo el rato?

—No era mi intención, sabes que no puedo no escucharte, es...es muy linda esa letra— murmuré jugando con mis dedos

—Seguro— dijo sonriendo mientras se limpiaba las lágrimas y se encerró en su habitación

Me tape la cara con ambas manos soltando aire, lo más loco era que había pensado que era tal vez para mi, pero no era así, sería ridículo, borre todo pensamiento de ese tipo y ahora me encerré yo en el estudio, para dejar de ser tan boludo conmigo mismo.








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déjame decirte q si conoces la letra de esa canción ya somos pareja, deaaa. espero les haya gustado ❤️

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