[EN EDICIÓN]
¿Qué tal si Chariot no hubiera estudiado en Luna Nova? ¿Qué pasaría si los mundos de Harry Potter y Little Witch Academia se unieran?
Después de que Chariot desapareciera, Akko se muda junto a su madre a Londres. Al entrar a Hogwarts e...
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-¡Usted! -exclama Harry.
Ahí estaba Quirrell, parado mientras nos sonreía. No puedo creerlo, ¿Quirrell? ¿Cómo es posible que el fuera el tipo que estabamos persiguiendo?
Harry y yo notamos que habían unos escalones, bajamos lentamente mientras Quirrell empezaba a hablar.
-Yo -dijo con calma- me preguntaba si me iba a encontrar contigo aquí, ¡y mira! También me encontré con la señorita Kagari, que también trae algo que me pueda servir.
Me puse pálida por un momento, creo que hubiera preferido a Snape. Y también... ¿se refiere a la varita de Chariot? Agh, claro, la varita de Chariot es uno de los objetos mágicos más importantes.
-Pero yo pensé... Snape...
-¿Severus? -Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda- Sí, Severus parecía ser el indicado, ¿no? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme. Al lado de él ¿quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Quirrell?
Parecía que Harry se iba a desmayar en cualquier momento. Yo solo seguía viendo qué pasaba.
-¡Pero Snape trató de matarme! -exclamó Harry.
-No, no, no. Yo traté de matarte. Tú amiga la señorita Granger y la señorita Kagari me atropellaron como dos veces, cuando corrían a prenderle fuego a Snape, en ese partido de Quidditch. Y rompieron el contacto visual que tenía contigo. Unos segundos más y te habría hecho caer de esa escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando un contramaleficio, para tratar de salvarte -lo miró con los ojos muy abiertos.
-¿Snape trataba de salvarme?
-Por supuesto -dijo fríamente-. ¿Por qué crees que quiso ser árbitro en el siguiente partido? Estaba tratando de asegurarse de que yo no pudiera hacerlo otra vez. Gracioso, en realidad... no necesitaba molestarse. No podía hacer nada con Dumbledore mirando. Todos los profesores creyeron que Snape trataba de impedir que Gryffindor ganase, se ha hecho muy impopular... Y qué pérdida de tiempo cuando, después de todo eso, voy a matarte.
Quirrell chasqueó los dedos. Unas sogas cayeron del aire y se enroscaron en el cuerpo de Harry y el mío. Quirrel se acercó, mirándo fijamente a Harry.
-Eres demasiado molesto para vivir, Potter. Deslizándote por el colegio como en Halloween, porque me descubriste cuando iba a ver qué era lo que vigilaba la piedra.
-¿Usted fue el que dejó entrar al trol?
-Claro. Yo tengo un don especial con esos monstruos. Desgraciadamente, cuando todos andaban corriendo por ahí para buscarte, Snape, que ya sospechaba de mí, fue directamente al tercer piso para ganarme de mano, y no sólo hizo que mi monstruo no pudiera matarte, sino que ese perro de tres cabezas no mordió la pierna de Snape de la manera en que debería haberlo hecho... Ahora, necesito examinar este interesante espejo.
