La jefa

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Al día siguiente me apresuré en ir a trabajar. Mientras subía las escaleras hacia la oficina, me preguntaba qué podría llevar puesto Sabine hoy. Me di cuenta de que no tenía idea de en qué lugar del edificio trabajaba, o cómo contactarla. Inmediatamente después decidí ir a buscarla, incluso si me tomaba todo el día. Sentí una punzada de culpa, luego razoné y pensé que estaba ahorrando tiempo, ya que era mucho más eficiente trabajar con ella.

Saludé a mis compañeros de oficina, y me instalé en mi pequeño escritorio. Comencé a buscar un directorio para ver si podía encontrar una pista sobre el paradero de la misteriosa Sabine. Unos minutos más tarde, sonó el teléfono de la oficina y uno de los chicos respondió. Después de una breve conversación, se volvió hacia mi.

   —Anruf für die Kate (Llamada para Kate) —Tomé el teléfono.

   —Hola —dijo una voz familiar—, ¿Todavía quiere mi ayuda hoy? —Mi corazón dio un salto. ¡Era ella!

   —Eso sería fantástico —dije rápidamente—, ¿Cuando podemos vernos?

   —Ahora, ven al 3542A, tercer piso, segundo corredor pasando las escaleras —instruyó Sabine.

   —Ok... um... ¿Cómo me encontraste? —tuve que preguntar.

Estaba lejos de ser una personalidad importante en esta organización. Solo una recién llegada que hacía trabajos de baja categoría en una pequeña oficina.

   —Tengo mis fuentes —dijo Sabine, intuyo que con una sonrisa—. Además, Kate no es un nombre muy común aquí. Si hubiera sido 'Anna' o 'Maria' habría sido más difícil.

Sabine tenía una oficina privada, lo que significaba que, a diferencia de mí, ella sí era importante. Lo encontré sin ningún problema, y me presenté a su secretaria. Después de que ella verificara fui conducida a la oficina, y encontré a Sabine sentada en su escritorio.

   —Oh wow, esta oficina es impresionante, no sabía que era tan importante —exclamé.

   —Me gusta mi trabajo —dijo Sabine, dándome la bienvenida.

   —Nunca lo habría hecho, quiero decir, lo de ayer. Aunque no hubiese llegado a nada sola, no la habría hecho pasar tanto tiempo ayudándome —comencé a darme cuenta de que había monopolizado el tiempo de alguien que probablemente ni siquiera parase a hablar con los oficinistas, mucho menos con los recién llegados.

   —Sí, bueno, lo cierto es que a veces tengo la libertad de elegir con quién trabajar –dijo Sabine—. Pero hoy tengo poco tiempo, Kate, así que deberíamos ponernos con su proyecto de inmediato.

Nos instalamos en su escritorio. Era un gran espacio de trabajo, pero de alguna manera terminamos pegadas la una a la otra. A medida que buscamos referencias y analizamos las cosas, el informe comenzó a tomar forma. Finalmente llegamos a un punto de descanso, y llegó el momento de que Sabine volviera a su trabajo del día.

   —Gracias de nuevo. Es usted brillante, me ha ahorrado mucho tiempo y esfuerzo —le dije de forma sincera.

Ella sonrió.

   —Además, me alegro de haberla conocido —agregué.

   —Yo también me alegro de haberlo hecho —respondió Sabine—. Quizás nos volvamos a encontrar. Que tenga un buen día.

Me di cuenta de que ya no tendría una razón para volver a verla. Regresé a mi oficina y trabajé el resto del día, sintiéndome más triste de lo que lo había hecho en mucho tiempo.

Los siguientes días pasaron sin incidentes, excepto que no podía dejar de pensar en Sabine. Finalmente decidí que simplemente tenía que verla. Si ella pensaba que era una molestia, que así fuera, pero tenía que intentarlo.

Sabine©️[COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora