GAME - [Ezarel]

Capítulo 1: Casi Entierro al Gato De Mi Mamá

Daría lo que sea para poder salir de este maldito problema, pensándolo bien me lo merezco.

¿Quien es tan idiota para caminar por un bosque desierto y saltar a un círculo de hongos perfectamente ordenados para "salvar" su pellejo?; Pues yo.

En este momento estoy encerrada en una celda esperando a mi muerte. Pero se preguntaran ¿Cómo terminé en una celda colgante? Pues.. es fácil.

[ 2 semanas antes]

Me encontraba en mi casa bastante aburrida, estába de vacaciones desde hace dos semanas y mis papás no me dejaron ir al viaje a la playa con mis amigos.

Así que ahí estaba yo, una chica acostada de cabeza en un sillón llena de sudor. Odiaba limpiar y para colmo tuve que limpiar toda la casa como castigo por haber enterrado el gato de mi madre...

En mi defensa, no creo que ningún animal normal duerma de manera que parezca atropellado en mitad de la calle. A parte, cuando lo llamé y tomé en brazos no se movía esa bola de grasa

—¿Terminaste? No me molestaría una cena casera de mi hija —dice mi madre con una sonrisa satisfactoria.
Ella me encontró cuando estaba en mitad del patio echándole tierra a esa bola de pelo andante.

—Mmm algo me dice que el hueco que dejé en mitad del patio no será precisamente para el funeral del gato... —Le digo levantandome del sillón mientras me dirigía a la cocina a la vez que mi madre se sentaba en el sillón poniendo Netflix. —la vida no es justa.

—Sí, sí es justa, es tu castigo divino para llegar al reino del señor — escucho decir a mi abuela bajando por las escaleras junto a una biblia bajo su brazo.

Venía de una familia católica prácticante, me eduqué bajo la mano y palabra de Dios desde que nací hasta mis 20 años, a diferencia de mi abuela y mi madre, no me consideraba tan creyente como ellas, me considero más moderna con respecto al tema.

—Paf paf, muévete Erika. La cena no se hará sola.

Y así pasé toda mi semana. Limpia aquí, ordena allá, haz la cena, ¡El gato sigue vivo!, lava aquí, pon esto, pon aquello... Pff estaba harta.

En ese momento extrañaba los libros de texto infinitos y mi jarra gigante de café para estudiar...

—Erika, te ves hecha mierda —escucho a mi padre mientras cenabamos lo que — por buena suerte —mi madre había hecho.

—Soy una esclava de esta dictadura.

Lo siguiente que vi fue un poco de puré en el aire el cual cayó sobre mis ojos y a mi madre riendo como loca.

—Ahora a la cama, antes que te meta a un horno judía — escucho a mi padre reír mientras recogía el desorden de la cena.

Los siguientes días fueron mejor, mi madre levantó el castigo, aunque me prohibió acercarme a su bolita de amor y con mi padre, jugábamos todos los días mortal kombat o fútbol americano en el jardín o baloncesto en el patio.

En la tarde del jueves — si no me equivoco —; fui a trotar un rato. Al llegar a la casa y secarme el sudor veo a mi madre acercarse a mi apresurada mientras me entregaba una bolsa llena de objetos al azar y una lista.

—Lamento molestarte, mata bolitas de pelo hermosas, pero tengo una reunión dentro de 10 minutos y tengo que llegar lo antes posible, encárgate de seguir la lista. Sí te niegas, te recuerdo que sigues castigada. Ahora muévete.

Tenía que mandar un álbum de fotos al correo, unas joyas para la cámara en el banco, entregar unas prendas de ropa y calzado que a mamá no le quedaron y entregarle al sheriff su revolver junto a cinco cajas de balas.

Todo suena raro, pero mamá era muy activa y siempre hacía cosas diferentes y ayudaba a todos. Lo último es lo más raro y sabía lo que era...

Verán, el sheriff del pueblo era el mejor amigo de papá y su pistola la había dejado para que papá se la cambiara por una nueva - la que tengo en mi poder - ya que la suya estaba muy vieja y gastada.

Aprovechando que estaba en ropa deportiva fui trotando de mi casa con la mochila en mis hombros. Estaba anocheciendo y quería terminar con todo hoy, odiaba tener cosas pendientes así que me fui por el camino más corto.

El camino más directo a el centro era por el bosque, papá odiaba que fuera por ahí, decía que siempre debía de haber algunos marihuanos dándose un viaje astral por ahí y que podían ser peligrosos, pero yo sabía que no había nadie así que seguí con normalidad.

Pensé que todo estaba bien, que papá exageraba con respecto al peligro y que estas tareas las terminaría en un dos por tres, sin embargo, escuché un disparo detrás mío así que me desvíe para esconderme

—Ese disparo sonó muy fuerte para ser de la parte de caza del bosque...

Agarré la pistola del Sheriff junto a la cuchilla de papá, ambos los escondí en mi ropa y de manera que los pudiera agarrar de manera fácil.

—Por dios, espero que no esté tan cerca...

Ya lista para poder correr y salir lo más rápido del bosque, escuché pasos acercándose a mí. Retrocedí y retrocedí hasta terminar a la mitad de un círculo de hongos - ¿cómo puede haber un círculo tan perfecto? - digo tratando de desconcentrar a mi cerebro.

¡PUM!

Otro disparo y al alzar la vista había un hombre con muy mala pinta y la pistola apuntándome a mí

—Quédate quieta lindura, si no lo haces... volaré tu estúpida cabeza — lo dice con una sonrisa digna de un maniático... ¿En qué me he metido...?

Las sirenas de la policía empezaron a sonar y las pisadas de las botas sonaban cada vez más cerca.

—Eres una maldita zorra —el hombre jaló del gatillo y cuando pensé que la bala iba a impactar en mi cabeza, vi perfectamente como me atravesó sin lastimarme y le dio a un árbol detrás de mí, vi mis manos y me estaba desvaneciendo y cuando una luz me cegó al abrir los ojos tenía a una mujer viendo mis ojos con preocupación, era una chica muy guapa y tenía un aura tan... Mágica.

—Erika, ue ut em outsussa farlia ou namekus.

—¿Qué? —pregunto confundida tratando de recuperar el aire.D

¿Nueva en GAME? ¡Bienvenidos! Soy Mary 🤠
Si piensas que no te haré sufrir, cariño, estás equivocado.

~Mary❤️