05 (nuevo)

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Este sí es, banda, perdón x haber confundido con el otro

—🆘—


La puerta detrás del cinema fue azotada con un Jeno teniendo ataques de tos saliendo por ella.

—¡Y más te vale que no derrames los sacos o yo mismo hago que comas de las palomitas que quemaste, nuevito!—, gritó alguien detrás. A lo que Jeno respondió mostrándole a su gran amigo dedo medio.

Avanzó un poco, cerrando la puerta detrás. Sacudía su ridículo uniforme a rayas tratando de aminorar las manchas oscuras producto del humo que él mismo había causado.  Aunque tan sólo un rato después se rindiera, quitando su gorra para revolverse el cabello y calmarse un poco.

—Mierda, Jeno, eres el más imbécil —, suspiró irritado. Reflexionando cómo exactamente había sucedido todo.

"Tienes que dejarlas 20 minutos, pero no sobrepases la cantidad que está aquí escrita" decía el gerente encargado de capacitarlo, entregándole un papel con instrucciones del funcionamiento de la máquina de palomitas. "Pero, eh, recuerda que esta cosa es vieja por aquello que el dueño quiere mantener el aire vintage, tonterías así"

"Sí, señor" respondía con todo ánimo.

"Entonces, el truco es... ponme atención porque es todo un proceso" decía el gerente, con una apariencia joven, pero con músculos que no iban de acuerdo a su baja estatura. Lo cual parecía ser bastante gracioso para el menor que, por cierto, había dejado de prestar atención después de dar un enorme bostezo.

No había dormido bien en los últimos días, porque sorprendentemente el que comenzó a llegar tarde al departamento se trataba de Renjun. Lo que había estado atormentandolo, pues ahora realmente entendía porque su mayor tenía ataques de histeria cuando él no aparecía pasadas las 12 AM.

Renjun simplemente le había dicho que estaba ayudando con la escenografía de una obra de la Facultad de Artes Escénicas y que, al igual que él, todos sus compañeros solían salir tarde. El problema era que jamás era concreto cuando Jeno preguntaba acerca de ello; como por ejemplo de qué trataba y en qué clase de cosas él estaba colaborando, porque de pronto contestaba cosas diferentes.

A simple vista parecía que Renjun estaba mintiendo pero, ¿Jeno qué podía hacer? Malamente si Renjun se enoja, es Renjun se enoja y se acabó. No se hablaría más de ello a menos que él quisiera

Y al parecer eso no iba a suceder pronto.

—Tu y tus cosas, Huang Renjun —, soltó Jeno al aire, al sucio aire del depósito de basura junto a él.

De esta manera se dirijo a la bodega situada a unos cuantos metros frente a su semi calzinado ser. Saliendo de la cómoda sombra producto del edificio del cinema y haciendo que sus ojos casi se cerraran por el molesto sol de las 4 de la tarde. Demasiado temprano para su gusto.

Una vez frente al lugar destinado, sacó las llaves que el molesto gerente le había arrojado a la cara cuando trataba de esparcir el humo con cartones de cajas de palomitas. No obstante, estas resbalaron de sus manos, por si peor suerte no pudiera tener.
Cuando se agachó a por ellas, su gorra con el estúpido logo del cinema que estaba obligado a usar cayó al suelo también. Eso confirmaba que su vida era miserable.

A lo lejos escuchó cómo voces se acercaban, seguramente eran personas que venían caminando por la cera, nada importante. Pero si notó que en específico había una risa tan escandalosa, que pensó que la persona que la emitía en realidad se estaba esforzando mucho.

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