Ceños fruncidos

236 40 13
                                    

Ante la mirada molesta del conductor, Bokuto pago lo que había acordado pero estaba renuente a bajarse, no sabía si era por el frío inminente de la primera nevada o porqué ya no se sentía tan seguro de hacerlo. Pero antes de arrepentirse por completo y deprimirse toda la noche decidió que daría todo de sí y hablaría con él aunque eso le costará la vida.

Le diría todo lo que siente a Akaashi o ¡Moriríaen el intento!

Subió con prisa, tropezando cada dos pasos al enredarse con sus pies, pero no se dió tiempo para recomponerse, su prisa era un intentó por huir de su consciencia que comenzaba a cuestionar sus imprudentes acciones.

La distancia se sintió corta y rápidamente llegó a la puerta del pelinegro, llevaba tiempo que no se paraba en esa puerta, la última vez fue hace un año cuando recientemente Akaashi se mudo a este complejo, había prometido que vendría seguido a visitarlo pero esa promesa se la llevo el viento y las competencias interescolares universitarias y torneos de temporada.

Dudo varios minutos (que se sintio como horas) sobre si tocar la puerta, no estaba lo suficiente ebrio o lo suficiente molesto para aporrear la puerta pero si tocó el timbre unas 20 veces seguidas, una parte de él se alivió al pensar que no estaba ahí, pero rápidamente escuchó ruidos erráticos y pasos apresurados acercándose. Bokuto recordó que no planeó como abordar el tema, ¿Disculpándose? ¿Actuando natural? ¿O solo diría su nombre alargando la última "a" esperando que él entendiera la situación?

El hamster en la rueda de su cabeza estaba colapsando de tanto correr sin llegar a una respuesta en concreto. No tuvo tiempo de aclarar sus ideas, Akaashi abrió la puerta en pánico, algo desorientado y confundido por ser despertado de golpe a tales horas, tenía el cabello enmarañado mientras cruzaba los brazos sobre su pecho buscando conservar su calor corporal y un poco de decoró ya que salió con una pijama ligera peligrosa para el clima de afuera. -¿Bokuto-san? ¿Qué haces aquí?

-¡TIENES 13 CEÑOS FRUNCIDOS! -Gritó Bokuto presa del pánico.

-¿Qué?

-Todos piensan que tienes una cara de poker y que sin importar lo que esté pasando a tu alrededor tu semblante no es afectado, pero en realidad dependiendo de tus emociones o estados de ánimo tus cejas se frunciran un poco, y variarán acorde de como te sientes.

-¿Por qué dices eso? -La confusión de Akaashi se había multiplicado al mil, estaban presentes tanto en sus cejas, ojos y frente. La respuesta de Bokuto no era nada de lo que esperaba. No, nisiquiera esperaba a Bokuto en su casa en primer lugar y lo hacía dudar más.

-Porque lo sé, se que te gusta leer, tus géneros favoritos son los de fantasía y suspenso pero tienes un gusto culposo por los clichés románticos, se que cuando algo que estás leyendo te gusta lo lees en voz alta o lo vocalizas, tu comida favorita son los onigiris pero no todos los onigiris, no señor, los que son rellenos de queso crema no te gustan, tiendes a morderte los labios cuando piensas demasiado y cada tercer día te recortas las uñas y el cabello porque te crece muy rápido, mientras lo haces tarareas un jingle navideño de gomitas que es por cierto es una canción muy pegajosa... Te gusta tomar siestas en los días lluviosos y te desvelas aunque no tengas razones para hacerlo, siempre cargas un pañuelo extra contigo, en temporadas de lluvia también cargas con una sombrilla extra y en invierno llevas un par de guantes extra para quien lo necesite, casi siempre era yo él que lo necesitaba -admitió con un pequeño sonrojó en las mejillas que no era por el alcohol, en tercero comenzó a olvidar a propósito sus cosas sabiendo que Akaashi tendría preparado uno para él y le hacía feliz esa pequeña atención- La comida dulce te empalaga rápido pero toleras muy bien lo picante y el alcohol aunque el sabor de la cerveza te desagrada, pero has llegado a amar el sake, odias el calor porque te hace sentir pegajoso y cuando hace frío te gusta comer helado porque así se derriten más lento y lo disfrutas más, amas a los animales pero nunca has tenido uno de mascota, antes era porque tú mamá era alérgica y ahora porque tu departamento es demasiado pequeño para ello, te gusta escuchar música pero no bailarla, aunque cuando estás borracho mueves la cabeza al son de la música y tarareas. Tus bandas favoritas son rock de los 90's y extranjeras, cuando eras pequeño te caiste de un árbol y necesitaste seis puntadas en la cabeza, en casa de tu abuela un pato te mordió y te dieron miedo por años, tienes lentes antireflejantes que usas solo en casa, a pesar de que lo correcto es que lo uses también en la escuela para no cansar tu vista.

Bokuto dijo todos los datos de Akaashi que había almacenado durante años, los dijo tan rápido y sin respirar que tuvo que darse una pausa para tomar una bocanada de aire y proseguir, pero ese pequeño descanso hizo bajar sus revoluciones y decir lo siguiente con más calma-. Me gusta lo disciplinado y apasionado que eres, en especial cuando algo te gusta, me gusta tu cara adormilada en las mañanas, me gusta tu voz serena y constante, en especial tu risa ¿Sabés cuánto espere para escucharla? ¡7 meses! -exclamó Bokuto emocionado-. Me gusta tus ojos, en especial cuando estás tan emocionado que se desborda de ellos... Me gusta que no flaquearas al conocerme y aceptarás colocarme, me hacía extremadamente feliz que entrenaras siempre conmigo... muchos desistían después de unas semanas pero tú... tú seguiste aunque ello te hizo colapsar en mas de una ocasión. Me gustan tus pases, eran perfectos como si fueran hechos solo para mí, me gusta la mirada que me dedicabas cada vez que ganabamos un partido y que siempre era a mí al primero que te acercabas a celebrarlo... -"me gustas tú".

La línea de pensamientos de Bokuto había colapsado, y su mente se detuvo abruptamente. La inmensa lista de pequeña cosas que sabía sobre Akaashi había cambiado de rumbo a cosas que Bokuto le gustan de él y una de las cosas que le gustaban era el mismo Akaashi, pero por alguna extraña razón sentía esas tres palabras atoradas en su garganta y que eran tan pesadas que no podía decirlo en voz alta. Sentía que su gustar no se refería a un gustar usual, se sentía diferente de un gustar de amigos. ¿Pero siempre fue así? Nunca se había puesto a pensar con detenimiento todas sus amistades y la intensidad de sus sentimientos por ellos.

-Bokuto-san... -murmuró Akaashi preocupado por su ex-compañero que parecía sufrir internamente e intentó acercarse a él, ya que no habia parado su balbuceo ni para respirar y ahora estaba callado como una tumba.

-¿Qué pasa aquí, Keiji?

Del departamento de Akaashi salió un chico alto -no tanto como Bokuto pero si lo suficiente para rebasar a Akaashi- llevaba puesta una de las pijama con dibujos de búho. Reconocía perfectamente esa pijama, se la había regalado Bokuto en su cumpleaños hace 2 años pero Akaashi no usaba seguido ya que le quedaba un poco grande... a quién no reconocíaera a ese chico.

Tenía el cabello lacio color azabache y lo suficientemente largo para rozar sus hombros, acababa de limpiar sus lentes con su camisa de búhos y miraba a Bokuto como si fuera una desagradable basura, le dedicaba una mirada de disgusto que jamás le habían dedicado a él... Nisiquiera sus contrincantes después de una reñida batalla en la cancha.

La situación actual era mucho más de lo que Bokuto borracho podía manejar, derrepente sintió unas inmensas ganas de vomitar y no sabía si era producto del alcohol, los nervios o tal vez sólo era más vómito verbal... No sabía cuál era el peor escenario.

Cómo sí su mente en caos no pudiera ordenar correctamente a su cuerpo, el respondió por si solo, antes de darse cuenta ya estaba corriendo lejos del departamento, de Akaashi, de ese chico con lentes y de todo el complejo en general. No tenía la certeza de porque estaba corriendo solo sabía que su instinto de supervivencia lo orillo a ello. Pudo escuchar a lo lejos a Akaashi gritando su nombre o tal vez solo era su consciencia que quería hacerle creer eso, pero no importaba cual fuera el caso, no sé detendría para descubrirlo.

...



Amaba correr, le ayudaba a no pensar en las cientos de cosas que querían explotarle la cabeza y distraerse con todo lo que lo rodeaba y también bloqueandolo de todo ya que en sus orejas solo escuchaba el viento, pero está vez sentía que si no corría, si no dejaba de pensar, moriría.

Bokuto corría sin un rumbo fijo, sólo seguía la ruta que estuviera más despejada para desplazarse frente a él, nisiquiera sabía dónde estaba o cuánto tiempo llevaba corriendo, no le importaba.

Lo único que sabía con seguridad es que ya estaba perdido pero temía detenerse o voltear, como si de lo que estaba huyendo estuviera detrás de él y no en su interior. Sabía que sin importar cuánto corriera no podría huir de los problemas que lo atormentaban pero agradecía el aire frío que golpeaba su cara y atravesaba como pequeños cuchillos sus pulmones, eso lo mantenía consiente y le ayudaba a no pensar en nada más que en el dolor de cada bocanada de aire que tragaba.

Derrepente sintió caliente las mejillas podía sentir pequeñas lágrimas calientes rodar sobre sus mejillas y el viento enfriandolas no pudo más que morderse los labios para concentrarse en ese dolor físico y no en el que estaba creciendo en su pecho.
______________________________________

Gracias por llegar hasta aquí, espero les haya gustado (/▽\*)。o○♡

Redescubriendo a AkaashiWhere stories live. Discover now