"¿Jamás existió Bangtan Sonyeondan?"
Kim Taehyung atraviesa una situación en dónde toda su carrera musical había desaparecido, como si nunca hubiera existido, desde aquella vez que una presencia representada como una lechuza lo observaba a cada pas...
En medio de la oscuridad, el único sonido eran mis pies descalzos en ese lugar. No entendía cómo, cuando, por qué llegué aquí. El piso frío y con pequeños charcos de agua. Sólo seguía caminando con la esperanza que este lugar frío y vacío llegara a su fin.
Por alguna razón, cuando quería decir algo mi garganta lo impedía, se hacía mucho más doloroso mientras lo iba intentando más y más; sentía mi cara y cuello rojo por la sofocación.
“Taehyung...” escuché una voz de una mujer pero desconocía completamente de quién era
“Es hora que me encuentres...” volteé por todos lados, pero solo reflejaban oscuridad. La única luz, era los charcos de agua.
“Lánzate” fijé mi ojos al charco de agua más profunda “regresaras con tu familia...”
Lo más raro que todo, es que no sentí miedo en lanzarme profundamente por el agua.
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Todo en mi pesaba, me debería sentí liviano con tanta agua pero no, era muy pesaba, como si yo no fuera el único que me lanzara solo, sino con alguien abrazado en mi espalda.
Decidí cerrar los ojos y esperar el fin... Para eso me lancé, ¿no? En el fondo siempre ha sido así, buscar el momento indicado para encontrar el fin de toda vida.
Tal vez, ese es mi momento.
“¡Taehyung!” abrí los ojos a escuchar la voz de Jimin. ¿Cómo...? “¡Taehyung!”
Intenté de mirar a los ojos para conseguir a Jimin, pero solo observaba el mar vacío.
“¡Taehyung!” la voz de Hoseok. Volteé a mi izquierda al sentir que su voz venía de ese lado, así que nadé un poco pero seguía sin ver ningún reflejo o persona.
Ahora escuchaba la voces de mis compañeros de grupo decir mi nombre, seguido y repetitivo, sin ningún patrón predecible. Sus voces eran lanzadas al azar diciendo mi nombre, volviéndome malditamente loco.
Esto no es real.
Esto no es real
Esto no es real.
Decidí salir de aquí, pero ahora algo sosteniendome lo impedía; comencé a desesperarme.
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