UNA NUEVA TORMENTA

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Hundir nuevamente mi rostro en el pecho de Alex fue la mejor sensación del mundo. Me abrazó como si hubieran pasado décadas, y yo me volví a sentir segura, a salvo.

Tuve tanto miedo... —Dije entre sollozos—. De no volver a verte, de qué me hicieran daño, de qué... me hiciera suya. Lex, él... Estuvo tan cerca... Perdóname. 
—No... Cristal. —Se alejó un poco para poder verme, y noté que sus ojos eran dos cristales empapados de lágrimas—. Perdóname a mí por no seguirte y salvarte antes... Cuando escuché el disparo y salí en tu búsqueda el auto ya se había alejado... Ellos poncharon los neumáticos de nuestros coches... Y Lice necesitaba asistencia médica. 

En ese momento la recordé a ella, el disparo, el momento en que trató de salvarme. 

—¿Cómo se encuentra ella? —Pregunté.
—Su estado es muy delicado, y los doctores hacen todo lo posible por mantenerla con vida. —Dijo Lex, con el rostro sombrío y cansado. 

Sentí que el suelo donde pisaba se desmoronó nuevamente.

—Quiero verla. —Le supliqué. 

Uno de los internos nos llevó hasta su habitación. 

Ella descansaba en una cama con muchos cables adheridos a su cuerpo, y un equipo médico a su alrededor checando sus signos vitales. Intenté acceder para abrazarla, pero no me lo permitieron, Lex me sujetó de la cintura y me hizo entrar en razón. 

Esperamos afuera un largo rato hasta que el doctor encargado salió a buscarnos.

—¿Cómo está mi amiga? —Le pregunté, con la voz quebrada. 

—Su estado es delicado. El disparo dañó gravemente una arteria muy importante del corazón. Logramos estabilizarla, pero, tenemos que encontrar una solución lo más pronto posible antes de que su corazón falle. 

Una lágrima se deslizó por mi mejía, no podía imaginar un mundo en donde ella no estuviera. 

—Pero... ¿La encontrarán... Cierto? —Pregunté, necesitada de una luz de esperanza. 
—Es una respuesta que no puedo darle en este momento. Su caso es muy particular, no se trata solamente del disparo, hay algo más en juego. Examinamos los resultados arrojados la última vez, y nos dicen que su corazón es demasiado pequeño con relación a su caja toráxica. Es una variante que nos complica el resolver la ecuación, y reduce significativamente las posibilidades de sobrevivir. A demás, el sólo traslado hacia otro hospital también es un riesgo enorme, se necesita del equipo indicado y de última generación, algo que desafortunadamente no tenemos a disposición acá. 

Recordé el momento en que la vi tirada sobre el suelo aquella mañana, y cómo muy en el fondo yo sabía que no era algo bueno. 

—Haremos todo lo que esté en nuestras manos por salvarla, pero no me puedo entregarle una promesa. —Me dijo él, con todo el profesionalismo del caso. 
—Muchas gracias, doctor. —Respondió Alex, dando paso a que siguiera con sus labores. 

Lex... —Le dije, derrumbándome sobre su pecho—. Abrázame. 
—Acá estoy, cariño.

Me abrazó con fuerza, en un intento por reconstruir los pedazos rotos que yacían dentro de mí. 

CRISTALWhere stories live. Discover now