Capítulo cuatro

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LECCIÓN DOS: DE SER EGOÍSTA NO SE HA VIVIDO MEJOR

Las luces incandescentes de las cámaras lo estaban poniendo del peor humor humanamente posible. La chirriante voz de la presentadora taladraba sus tímpanos haciendo que su cabeza zumbara con molestia y honestamente no tenía ni la menor idea de cómo estaba aguantando todo sin soltar una palabrota o maldecir en cada ocasión.

BaekHyun irradiaba energía como un puto foco incandescente y JongIn se mostraba como el chico más adecuado y lindo de la sala. SeHun solo estaba allí, supuestamente escuchando lo que sus compañeros tenían que decir y respondiendo escuetamente las preguntas que le eran lanzadas directamente a él. Ocasionalmente sentía la intensa mirada de los otros hombres, como si intentaran decirle que no jodiera las cosas y se comportara adecuadamente. Pues mala suerte para ellos, SeHun no está en la mejor disposición de fingir y lo iba a intentar.

— ¿No pudiste sonreí un poco, maldito bastardo? Por actitudes como esas la prensa te está tragando vivo. – El amargo comentario de BaekHyun le entró por un oído y le salió por el otro.

Siempre era lo mismo.

Honestamente, SeHun estaba hastiado de toda esa mierda. Odia que le dijeran que hacer y le recordaran lo que claramente él ya sabía. Si, su maldita carrera se estaba yendo a la mierda y a la empresa no le convenía perder a la persona que más le había generado ingresos en los últimos seis años.

Pero como que le estaba empezando a importar cada vez menos.

— ¿Y tú en serio crees que me interesa? Que la prensa siga hablando la mierda que quiera de mí, ya estoy más que acostumbrado. –

— Eres imposible SeHun. Esto no solo se trata de ti. Estás poniendo el nombre de la empresa en juego y a JunMyeon no le va a gustar para nada. – la voz de JongIn se escuchó antes de que la camioneta donde regresaban a los edificios de SH se estacionara dentro del lugar subterráneo.

— Si, lo que diga JunMyeon me interesa tanto como lo que ustedes digan, absolutamente nada. Así que pueden ahorrarse sus consejos para alguien que se los pida. —

Bajó de camioneta sin esperar a nadie, estaba realmente furioso y demasiado cansado como para seguir en aquel lugar. Lo único que quería hacer era llagar a su casa y dormir por horas.

Lástima que los demás no tenían el mismo plan para él.

— ¡Es excelente que estén aquí! El señor Kim convocó a una junta urgente con ustedes. — SeHun rodó los ojos. Ni siquiera había puesto un pie al interior del edificio cuando Amber lo abordó poniéndole otra actividad más para su pesado día.

Vagamente recordó el acontecimiento de los camerinos cuando pasó por enfrente. La imagen de aquel chico castaño se reproduciría en su mente como un disco rayado durante el día y francamente su propia mente lo estaba irritando. Casi podía ver aquel hermoso rostro viéndolo con furia. Aquellos ojos brillantes con una tentadora amenaza de ser toda una fierecilla y su pronunciando con mucho cuidado el conocerlo, que lo hizo rabiar.

— ¿Sabes por qué la urgencia, Amber? — preguntó JongIn.

— No lo sé. El señor JunMyeon se ha visto especialmente interesado en que todos estén presentes. — el moreno asintió dándole a entender que había escuchado.

SeHun no puso mayor resistencia. Entre más rápido terminará con ese asunto, más rápido podría llegar a su departamento y olvidarse de ese día de mierda.

Amber los acompaño hasta la puerta de la oficina y los invito a pasar. Se sorprendió cuando vio que no serían los únicos en estar presentes. La elegante y larga mesa de cristal que ostentaba casi toda la sala de reuniones se encontraba ocupada en casi su totalidad.

Lecciones para Oh SeHun [HunHan]Onde histórias criam vida. Descubra agora