花FLOWER ⟨Minjoong⟩

𝑻𝒓𝒆𝒔

Un par de semanas pasaron después de aquello.

Hongjoong no entendía nada, habían pasado tres meses y no había crecido nada. Se había asegurado de regalarla todos los días, de protegerla del calor y de las tormentas. Se había preocupado muchísimo por aquella planta y tendría que haber brotado algo. Pero no había nada.

— Abuela, ¿Lo estaré haciendo mal? — Dijo dejando el cubo con el que rega a un lado. La anciana se acercó a él acariciando las hebras de su nieto.

— Cielo, te has preocupado por esa planta. La has cuidado y dado amor, lo estás haciendo muy bien. Estoy muy segura que esa plantita crecerá y será la flor más hermosa.

— Gracias abuelita. — Dijo sonriendo, se levantó para ayudar a la anciana a sentarse en su mecedora.

Hongjoong observó a su abuela, su salud había empeorado mucho ese año. Cada vez se veía más débil y tenía dificultades para muchas cosas.

— Cariño, tengo que hablar contigo. — De repente, la sonrisa de la Omega desapareció. Se veía triste, lo que preocupó al pelirrojo.

— Abuelita, ¿Qué pasa?

— Cielo. Sabes que no estaré mucho tiempo aquí, contigo. — Dijo mirando a su pequeño, se veía triste también. Aunque en el fondo lo sabía. — Seguramente no pase de éste invierno.

— Abuela no digas eso... — El pelirrojo dejó escapar unas lágrimas. Sin ella estaría completamente solo. — Y-Yo te cuidaré, vivirás muchos años. Estarás el día que me case, v-verás a tus bisnietos algún día...

La anciana sonrió triste. Como le gustaría ver todo aquello.

— Lo siento... Me temo que no podré estar ahí... — Dijo secando las lágrimas de su nieto, que no dejaban de salir. Comenzó a toser y Hongjoong le dió golpecitos en su espalda, muy preocupado por ella. — Quiero que sepas una cosa...

— A-Abuela... Mejor descansa ya hablarás conmigo. — Tomando las manos de la Omega.

— No, tienes que saberlo. — Dijo mirándolo — Tienes 17 años... Rezaré a Dios para que el príncipe te escoja y tengas a alguien que te ame y te cuide... Pero si no llega a elegirte, te encontré un Alfa...

El menor se sorprendió, ¿Su abuela había echo eso?

— Abuela... ¿Por qué?

— No quiero que estés solo mi vida. Eres menor y los Omegas no tenemos suerte con los trabajos... Te busqué un Alfa, tiene dinero. Podrás vivir bien, quiero que cuándo yo me vaya estés bien. Está dispuesto a casarse contigo... Si el príncipe no te elige, ¿Me prometes que irás con ese Alfa.

El menor la miró. No le gustaba tener que irse con una Alfa sin su voluntad, pero sabía que su abuela lo hacía todo por su bien. Solo se preocupaba por él. Si no lo eligen, lo haría por ella.

— Está bien abuela... Si es así como quieres lo haré... — Dijo sorbiendo su nariz. Saber que su abuela podría irse en cualquier le dolía mucho.

La anciana lo abrazó. Amaba a ese chico, él era lo único que tenía en su vida. Era el Omega más hermoso y puro que el mundo pudo haber creado.

Era, simplemente, perfecto.

Y esperaba de todo corazón que cuándo descubriera la verdad, no se enfadara con ella.