Julia abrió los ojos y por un segundo le costó rememorar los sucesos del día anterior. Lo primero que se le vino a la cabeza fue el dolor de su dedo después de habérselo cortado intentando despegar un bloque de hielo. Después, el flash de su cara apoyada contra la alfombra mientras cantaba una canción. Por último, su mano en la cara de Octavio y los ojos de él luchando por mantenerle la mirada. Giró hacia el otro lado de la cama y, al encontrarlo vacío, la tristeza la inundó.
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Hasta que el fin nos separe
RandomRecurrir a Octavio es lo último que Julia querría hacer, pero es la única solución que le queda cuando queda varada en Inglaterra sin posibilidades de volver a Argentina. Un departamento, dos dormitorios y quince días solos después de cinco años sin...