El Lobo Y El Zorro (Omegaverse) [Gay]

-13- Salvación

Su propia salvación estaba en aquel principio que marcó su vida juntos.

La persona que Dena consiguió para mostrarles esperanzas, fue el único hombre que nadie pensó volver a ver. La barba blanca del hombre estaba un poco más larga y de una manera un tanto despeinada. El viejo sujeto sostenía en su mano derecha un bastón de madera que le mandó un leve escalofrío a Karim, justo en su frente.

Dena parecía no verse afectado por ello. Estaba en una de las escaleras que daban a la entrada principal de la casa de Kato. Su cabello blanco cubría sus ojos y sus manos estaban apretándose entre sí. Su vista estaría pegada a Karim a pesar de saber que este aborrecería aquella atención. Dena se prometió alejarse del Delta, pero una pareja destinada era eso, por eso quizá comprendía un poco mejor lo que era la relación que tenía Kato y Mika.

El anciano encargado de darles una solución estaba ahí. Su mirada observaba con cuidado cada lugar de aquella pequeña casa.

El líder de la tribu roja.

El mismo anciano que alguna vez quiso romper el lazo de Mika y Kato estaba en ese lugar para salvar la vida de uno de ellos.

Kato suspiró aliviado cuando les dio la explicación. Aquella que había estado frente a él desde el primer momento en el que se unió a Mika.

—Solo comparte tu lazo una vez más —explicó el hombre con sencillez— al igual que al principio de su relación, aquella fuerza que le has transmitido para curar su herida puedes volverla a usar.

El tiempo se les estaba acabando. El viejo hombre no tenía algún conocimiento sobre el peligro de todo ello, porque hablaba como si el periodo de enseñanza fuera incluso más largo de lo que su vida representaba. Kato sintió un peso menos sobre sus hombros, algo casi necesario para mantener su mente serena. Si aquel problema estaba resuleto entonces solo le quedaba resguardar a su manada y a su pareja. Lo mejor era que la mirada de Dena le indicaba que el omega estaría a su lado.

Incluso al saber la solución, Mika tenía un agrio sabor en su boca. Lucía sencillo, demasiado para ser real o quizá no lo había comprendido bien. Sus ojos viajaron hacia el viejo hombre que le devolvió el gesto con una caricia en sus cabellos, en un susurro le dijo que todo estaría bien, que ya había revisado su futuro y dejara de preocuparse, Mika no le creyó.

—Es sencillo —volvió a hablar el anciano, dejó el bastón a su lado y se sentó en un viejo árbol de aquel patio— primero cierren los ojos y vuelvan a crear un lazo entre ustedes.

Kato lo hizo, con tanto entusiasmo por encontrar la manera de permanecer junto a Mika más tiempo.

Cuando cerraron los ojos encontraron aquel sentimiento ajeno, aquel que era de su pareja. Ambos siguieron aquello hasta llegar a sus propios animales internos. El zorro de Mika estaba acostado a un rincón, durmiendo con tranquilidad mientras el lobo del alfa estaba sentado a la expectativa. El lazo entre ambos también estaba en sus animales, una cinta de color dorada rodeaba a ambos hasta unirlos.