Capítulo 3

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Betty salió de su oficina con la bolsa de basura, luego de que don Armando intentara detenerla para hablar con ella, pero fuera hecho imposible por doña Marcela y doña Margarita. 

Al salir de presidencia, Sofía y Aura María, le esperaban para preguntar qué estaba sucediendo. 

―No, por favor, no quiero hablar ahora. ―dijo.

―¿Cómo así, mija? Es que usted, ¿qué? ¿Renunció de Ecomoda y se va así como así? ¿Sin decirnos nada? ¿Sin ni siquiera un adiós o qué?

―¿Es que tanto nos detesta? ¿Tan malas compañeras fuimos? ―preguntó Sofía, mortificada.

―No, no es eso, es que me quiero ir y, además, ellos también quieren que me vaya.

Aura María insistió en que el cuartel se reuniera para despedirla esa noche, pero Betty les dijo que se iría de viaje. Aún así, convocaron un 911. 

***

―Yo no soy la Betty que ustedes se imaginan, hice cosas que no estaban bien, y que me obligaron a renunciar. 

―Pero ¿es una renuncia irrevocable? ―preguntó Inesita. ―¿No hay nada que hacer, mija?

―No Inesita, es definitiva y por siempre.

―Amiga, ¿o sea que no le vamos a poder hacer la despedida ni nada? ―preguntó Aura María entre lágrimas.

―Yo las llamo después. ―respondió, les dijo que necesitaba cambiar de ambiente y les prometió llamar cuando estuviera lista. ―Pero ahora tengo que irme.

Le preguntaron por las bolsas de basura, quién la reemplazaría; le preguntaron por Nicolás Mora, que estaba esperándola abajo. Betty solo pudo responder a medias todas sus cuestiones, no era el momento ni el lugar adecuado para contarles la verdad.

Al salir del baño, las chicas del cuartel le pidieron que siguiera en contacto, que siguieran siendo amigas; todas estaban destrozadas por la noticia.

Entonces, Marcela Valencia apareció de la nada.

―¿Y usted qué está haciendo aquí? ¿Tengo que llamar a seguridad para que la saquen?

La confusión era visible en las expresiones de todas, incluso en Patricia Fernández, quien seguramente no sabía nada del asunto todavía.

―Me estaba despidiendo de mis compañeras. Ya me voy. ―respondió Betty con calma.

―Un momento, ¿usted qué lleva en esa bolsa? ―demandó la gerente.

Beatriz sintió su corazón detenerse por un segundo.

―Basura. ―contestó sin agregar más.

―Ah. Basura. ―dijo Marcela con ironía. 

―Eh… sí, es que desocupé mi escritorio y voy a botar unas cosas afuera. ―contestó, esperando con todas sus fuerzas que lo dejara pasar.

―Ay, tan considerada con la empresa. Yo quiero ver que hay en esa bolsa. 

“Imposible.”

―¿Perdón? ―preguntó sin poder creerlo.

―Ya me escuchó. No se vaya a ir de aquí hasta que yo sepa qué hay en esa bolsa. 

―Son cosas personales. ―se opuso Betty; no estaba mintiendo.

―Quiero ver qué hay en la bolsa. ―insistió doña Marcela. ―¿O llamo a seguridad?

Fake Lovers: Un desenlace alternativo de YSBLF (Daniel x Betty)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora