Capítulo 6

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Para Armando Mendoza, habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo, como para poder procesarlo todo al cien por ciento. Betty había regresado a Ecomoda. Beatriz Pinzón Solano realmente estaba ahí a tan pocos metros de distancia y estaba tan... cambiada, tan diferente... pero absolutamente preciosa.

La había extrañado tanto, que escuchar su voz, estar en la misma habitación que ella no hacía nada más que aumentar sus ansias. Tenía sentimientos encontrados: no podía continuar hiriendo a Marcela, pero su corazón latía tan fuerte cuando pensaba en Betty...

Durante la reunión, el doctor Santamaría propuso que fuera ella quien se hiciera cargo del manejo de la empresa, idea que, por supuesto, a todos les molestaba. Marcela salió como loca, y Betty se negó rotundamente.

Su padre siguió a Beatriz a presidencia cuando ella también se retiró, para tratar de convencerla. Quería hacerlo él mismo, quería salir corriendo tras ella, convencerla, pedirle que les ayudara. Pero necesitaba controlar un poco todos esos sentimientos repentinos, delante de los demás.

Todos en la sala enmudecieron y el asombro fue evidente en la mayoría, cuando Daniel Valencia se levantó de su asiento sin decir palabra y se adentró en la oficina del presidente de Ecomoda.

De inmediato buscó a Calderón con la mirada, para encontrarse con un reflejo de su misma expresión facial. Si aquel imbécil se atrevía a insultar a Beatriz, a humillarla una vez más, no le quedaría más remedio que destrozarle la cara a golpes...

Exaltado, se puso de pie, decidido a sacarlo a patadas de Ecomoda.

—Armando, ¿a dónde vas? —preguntó su mamá, pero no se molestó en responderle.

Las puertas se abrieron, de pronto y su padre atravesó la habitación, con el semblante tranquilo.

—Papá, ¡¿qué pasó?! ¡¿Por qué dejaste a Beatriz sola con Daniel?!

—Armando, tranquilízate, Daniel me aseguró que no discutirá con ella.

—Pero por favor, papá, tú lo conoces—

—Lo conozco, así que relájate, que nos toca esperar. —lo reprendió con firmeza.

Armando regresó a su asiento, pero la ansiedad se lo comía vivo, así que optó por caminar de un lado a otro para liberar algo de tensión. Los minutos de espera se convirtieron en una eternidad, hasta que por fin, Betty regresó a la sala de juntas con Daniel Valencia siguiéndole los pasos. Ambos tomaron sus respectivos lugares.

—He considerado la propuesta, y sí, me comprometí a ayudarles a salir de este problema... acepto. —habló ella.

"¿De qué tanto habrán estado hablando?"

—¿Y cuáles son sus condiciones, Betty? —su papá preguntó.

—Yo no aspiro a quedarme en Ecomoda seis meses, yo quisiera resolver el problema económico lo antes posible, y, para eso, necesito total autonomía para diseñar nuevas estrategias y negocios. No quiero depender de nadie y, mucho menos, recibir órdenes del doctor Armando y del doctor Calderón.

Mario y él se miraron por instinto; Betty prácticamente los estaba echando de Ecomoda.

—De todas maneras, Beatriz, quiero advertirle que Armando, Mario y también Daniel, tienen derecho a supervisar su trabajo, eso no se los puede negar. —replicó don Roberto.

—No, no, claro que no, ellos pueden supervisar todo lo que quieran.

—Ya que estamos hablando del tema, dadas las circunstancias, y con este par de imbéciles rondando, —intervino Daniel, señalándole a Mario y a él. —yo no puedo quedarme al margen de todo y limitarme a supervisar lo que se esté haciendo cada dos por tres.

Fake Lovers: Un desenlace alternativo de YSBLF (Daniel x Betty)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora