Durmiendo con la muerte, Libro 1

CAPITULO 5 Viaje Espiritual

ROSE

Un dolor agudo en la espalda me despertó alrededor de las diez de la noche, las lágrimas corrían por mis mejillas y estaba hiperventilando, me senté en el borde de la cama y coloque mi cabeza entre las manos, aun estaba aturdida por la explosión del sueño, mi cabeza parecía que explotaría en cualquier momento.

Me levante despacio y fui al baño, seguro la explosión solo fue la traducción del sueño de un fuerte dolor de cabeza, busque casi con los ojos cerrados en el botiquín un analgésico y me lo trague con un poco de agua, me acerque tambaleando a la cama, a como pude apague la laptop y retire los documento a un lado, me acosté a un costado en dirección a la ventana esperando que el fresco de la noche me ayudara a que mi insoportable dolor de espalda y de cabeza desaparecieran.

Después de dos noches sin dormir y aun así seguía soñando, en el pasado incluso era soportable e incluso podía dominar a donde quería ir, pero ahora no solo estaba involucrada en balaceras, asaltos y ahora choques y lo peor de todo era que Zoran aparecía en cada uno de ellos o leyendo, caminando, alimentándose o con una rubia empalagosa que se le guindaba del brazo despertando unos celos homicidas por alguien que no existía.

El dolor de cabeza no cedía, provocando que entrara en la inconciencia a ratos, varias imágenes flotaban en mi cabeza, lo primero que vi fue un salón con las paredes forradas en libros, en uno de los costados una mesa de madera tenia varios libros seleccionado y fotografías de personas vestidas como del siglo diecisiete, en el centro un par de sillones frente a la chimenea, me acerque y al parecer estaba descalza porque logré sentir la alfombra, me acerque aun mas y noté que Zoran estaba concentrado en un viejo diario, su rostro reflejaba frustración y cansancio. Me pareció que se había percatado de mi presencia cuando levantó la vista y busco a su alrededor, se pasó una mano por su cabello desordenándolo volviendo a lo que estaba. Me acerque con cuidado para ver lo que tenía entre las manos, el diario y un dibujo de un relicario, sabia que lo había visto pero cuando estaba mas cerca todo se desvaneció.

No pasó mucho tiempo antes de tener la imagen del relicario frente a mí, levanté la mano para tocarlo, mi conciencia fue arrastrada dentro de él. Un hombre de barba blanca le entregaba el mismo pedazo de joyería a una mujer joven, luego este fue pasando de mano en mano y guardado en varios lugares, el Vaticano, en una gaveta de alguna celda de monasterio, luego le fue devuelto al hombre original, los nazis lo tuvieron en las manos y el mismo Hitler lo intentó abrir sin éxito, luego fue guardado en algún tipo de bodega, algunos vampiros luchaban por obtenerlo, por ultimo le fue entregado a una monja quien lo guardo por un largo tiempo hasta que al limite de su muerte se lo entrego a un príncipe. El viaje para mi fue eterno pero al final le perdí la pista.

Cuando desperté el dolor de cabeza se había ido pero el de mi espalda aunque disminuyó en gran medida aun no podía colocarme de espaldas, un sentimiento hecho raíces en mi después de que analice todo lo que había visto, era casi como si me sintiera conectada con ese relicario.

Aun no había amanecido pero me levanté de la cama sin ningún deseo de dormir mas, al fin y al cabo no podía estar ni un minuto mas acostada, arreglé mi cama y metí la documentación en el mismo maletín de la laptop, un florero con yerberas rojas estaba volcado, inconscientemente conté las flores, estaba segura que era cuatro y ahora solo habían tres.

No le tomé mayor importancia y fui a bañarme, levante la vista en el espejo del ropero y tuve que acércame aun mas para darme cuenta que tenia un arañazo en la cara, fui corriendo al cuarto de baño para retirar la sangre que había salido, me quite la blusa y me fije en mi espalda. ¡Estaba con varios moretones y rasguños!. El sueño del accidente volvió a mi mente y esta vez si me asuste,! eran los mismo golpes!