CAPITULO 9. Gracias a Dios que existe la caballería

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  • Dedicated to Ken Saki
                                    

Dedido este capitulo a Ken Saki, alguien que nunca me imagine que leería mis escritos, gracias por tu apoyo y espero que te siga gustando y lo disfrutes tanto como lo hago yo al escribirlo

Y para los demas, gracias por seguirme hasta el aqui, espero que les guste mucho este capitulo, y les confieso que me costo mucho armarlo para que quedara tal cual como va

Espero sus comentarios y no se olviden de votar

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ZORAN

 Después de horas y horas de aburrirnos, Damián y yo decidimos revisar el rastro del no muerto en el bosque del castillo, nos alegraba estirar las piernas un buen rato y comparar notas sin el olor ha guardado a nuestro alrededor, como ya se me había hecho costumbre desde hacía unos días, tomé un príncipe negro y até un cinta verde esmeralda a su tallo, el color me hacia recordar sus hermosos ojos, sin pensarlo dos veces nos dirigimos al lago.

-       Y porque debemos empezar por el lago – preguntó Damián mientras estiraba los brazos

-       Ahí la encontré la primera vez y porque no hemos encontrado ni un solo rastro en Praga -  dije pasándome la mano por el cabello

-       Hombre de poca fe – me dijo con una sonrisa

-       No lo cites – dije deteniéndome de golpe – sabes cuanto lo odio, por culpa de él perdí todo – dije continuando mi camino con un poco mas de energía

-       Si pero no hubieras conocido a tu alucinación de no se porque estas aquí

Me quedé rumiando sus palabras hasta que llegamos al lago, fui directo a donde nos caímos y coloqué la rosa junto con el resto, no se porque pero sentía que había una conexión en este lugar. Damián permanecía en un estado de respeto total, parecido a la que unos tiene en un cementerio mientras yo dejaba la rosa en su lugar. Minutos después volví a sentir el olor a podrido que caracterizaba un no muerto pero en especial a Aron, me erguí  para oler el aire a mi alrededor, Damián al ver mi actitud me imitó, cada uno de los de mi especie tenía una habilidad diferente que nos caracterizaba, por ejemplo mi maestro podía correr a velocidades sobre humanas mientras yo podía volar, nos separamos cada uno por su lado en busca de la procedencia del rastro, yo sobre volando y Damián vuelto un borrón entre los árboles.

-       Que sucede? – le pregunté mentalmente a mi maestro cuando se detuvo

-       Es una trampa – me respondió levantando un viejo saco de Aron

-       Zoran!! – Escuche a mi fantasma – Zoran! Te necesito -  siguió en un sollozo ahogado

Nos dirigimos hacia el lago encontrando solo las rosas pisoteadas por lo que parecían animales, me volví a elevar para buscarla con la vista, estaba tan concentrado en Aron que no me había dado cuenta que mi pecho se sentía mas liviano, casi al mismo tiempo la divisamos apareciendo y desapareciendo como una nube de humo blanco en uno y otro lugar, como si la persiguieran cosas terribles, avance mas rápido para descender algunos metros mas adelante, sus ojos llevaban horror puro, mezclado con la alegría de verme. Abri mis brazos a ella como si la pudiera tocar y ella me imitó, no me había dado cuenta que Damián ya se me había acercado y colocaba algo en mi bolsillo abriéndome los ojos a un mundo que no debería conocer, mi fantasma no solo corría por su vida, sino que también enormes sombras en forma de felinos la perseguían esfumándose en una nube negra como la vi hacer a ella, solo que estos aparecían mas cerca intentando tomarla con sus hocicos tan llenos de dientes como un tiburón, di un paso hacia ella cuando estuvo mas cerca con la esperanza de  tocarla y sacarla de ahí. Cuando estábamos a segundos sentí como ella pasaba a través sin tocarme y las bestias la imitaban pasándonos de lado a lado como si no existiéramos.

Durmiendo con la muerte, Libro 1Where stories live. Discover now