Cuentos de amor y pasión y dolor

El arrepentido

Dije cosas terribles porque me frustré. Reaccioné como pude sin comprender que lo que odiaba no era haberme ilusionado, sino, no haber reconocido que te amaba y aún lo hago.

Hoy puedo pararme ante el mundo y decir que te amo.

Pensé que podría resistir tu ausencia porque había olvidado como se sentía no tenerte. Esa frustración se apoderó de mí y me hizo decir cosas que no siento, cosas que lamento desde lo más profundo de mi alma.

Cada día que pasa, mis fuerzas disminuyen y solo me motiva a levantarme la posibilidad de ir a buscarte.

Te amo Kariny, no supe darme cuenta a tiempo y ahora que estoy sin ti, es que me doy cuenta de todo.

Nunca coincidimos en nuestros sentimientos: cuando voz me amabas, yo te veía como amiga. Te amo y quiero gritar al mundo que yo, Edgardo Nocetti te amo.

Sin derecho alguno, ardo en deseos de tenerte para mí. Siempre fui así egoísta, pero respetaba a una mujer casada que me decía que quería que nada cambie en mi trato.

Y ahora, el señor F. está ahí, disfrutando de tu voz y tus canciones, de tus locuras y de tus miradas y yo aquí, sin siquiera poder demostrarte lo arrepentido que estoy.

Quisiera dar un paso al costado y dejarte ser feliz, pero si dejo de insistir fracasaré y de este golpe, en tan corto tiempo, no me levantaré.

Quiero destruir el pasado, para construir el presente desde los sentimientos y desde el corazón. Atrás dejé el rencor y las tonterías que ambos cometimos.

Necesito un milagro en esta Navidad, porque sin vos, es la peor de todas.

Te dije mentiras, cosas que no siento y quise sentir para sacarte de mi vida de una forma fácil y cobarde. Cometí el error de no dejar que te defiendas y ahora la estoy pagando.

Mi vida no tiene sentido, literal, si no estás en ella. Me pregunto si habrá en tu puro corazón una vestigio del pasado para poder perdonarme.

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