capítulo 31 (Editado)

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Jacobo

Dios, tenerla de frente y no poder besar sus labios, me hace querer pegarla a la pared y demostrarle que es mía.

- ¿Qué? -cuestiona- deja de mirarme así - dice, y yo sonrío por lo nerviosa que está.

- ¿Así como ? - digo vacilante, mientras me voy a acercando poco a poco y provoca que ella retroceda en cada paso que doy.

- ¿Quieres dejar de hacer eso? por favor- dice nerviosamente. Frunzo el ceño, divertido ante la situación.

-¿Hacer qué?- inquiero cuando estamos frente a frente.

- Eso... Y además yo todavía no te perdono que estuvieras ocultando lo de Emily todo este tiempo - dice fingiendo estar molesta.

- Ya te dije que no tuve otra opción y que ese tema ya esta sanjado... Además, quiero que respondas a mi pregunta del otro día- digo mirándolo a los ojos.

- ¿Cuál pregunta? - dice, evitando mi mirada.

- Sabes de lo que estoy hablando, pero como estoy de buenas, te lo voy a volver a repetir... El otro día te pregunté si aceptabas ser mi novia, mi mujer - murmuro. Veo que ella traga grueso y trata de mantener una compostura sería, pero no lo logra. Sonrío internamente por eso.

- Pues no, no lo he pensado Además no te fíes mucho, ni siquiera sé si eres mi tipo, o si me gustas, y ni tú ni yo somos Emily y Axel, así que deja de estar de acosador conmigo o te puede ir muy mal- dice tratando de empujarme pero soy más fuerte que ella así que su lucha es en vano. Sus manos quedan en mi pecho y antes de que pueda reaccionar, las cojo y las pego a la pared con las mías.

- Eres una mentirosa, crees que no sé que te vuelvo loca, como tú a mí. Que estás enamorada de mí como yo de ti. Claro que no podemos ser Emily y Axel, pero sí podemos ser nosotros, Marianes y Jacobo - la miro y trato de contener las ganas de besarla. Joder, esto me está matando-. Eres mía  desde el día que te ví, al igual que yo soy tuyo, así que deja de ser necia y acepta que podemos estar juntos- me muerdo el labio inferior ya que estar así, pegado a ella  es una tortura. Deseo tanto besar sus labios.

- No sabes lo que dices, además sé muy bien que eres un mujeriego. Yo no quiero ser una más de tu lista así que...-antes de que pueda decir otra estupidez, estampo mis labios contra los suyos, al principio no me corresponde, así que muerdo su labio haciendo que suelte un gemido y aprovecho esa oportunidad para profundizar el beso. Dios, es maravillosa la sensación de sus labios contra los míos, he deseado esto por tanto tiempo que no quiero que  acabe nunca.

Pongo mis manos en sus caderas y la levanto, eso hace que enrolle sus piernas al rededor de mí y las acaricio un poco. Sin dejar de besarla, empiezo el recorrido hacia mi cama, donde la recuesto suavemente y me posiciono con cuidado sobre ella. Jesús bendito, esto es el paraíso.

Mi Mafioso , Mi Venezolana © (Borrador)Where stories live. Discover now