✯ Son sólo palabras ✯

955 83 18
                                    

Su respiración se aceleraba a cada paso que daba, tenía que seguir corriendo, no podía detenerse. Sus pulmones ardían como un infierno, mas parar ahora era un dolor mucho peor asegurado. Dobló a la esquina de improviso, su compañero no alcanzó a reaccionar por lo que todo el peso recayó en su brazo. Cerró los ojos, mas por mero reflejo. Con la adrenalina del momento ni siquiera pudo sentir dolor.  Volvió a tomar al pelirrojo del antebrazo y lo jaló para seguir corriendo. 

Sólo dos cuadras más, dos cuadras más y llegaremos a casa. Por favor, piernas... 

Y es que, Aphelios no estaba acostumbrado para nada a ejercer una actividad física tan demandante por tanto tiempo. Llevaba corriendo unos 20 minutos con todo lo que su cuerpo tenía para ofrecer, además de cargar con alguien mucho más grande y pesado que él que, cabe destacar, no estaba en el mejor estado para poner de su parte. 

Todo se remontaba hace unos 30 minutos atrás, Aphelios se había mantenido en vela sin poder dormir toda la noche. Sus pensamientos lo consumían, necesitaba algo con lo que distraerse. Como era habitual en él en esos casos, esperó a que los primeros rayos de luz iluminaran un poco las aceras para salir a recorrer la ciudad. No es que la noche no le gustara, pero sentía que era más seguro poder ver por dónde caminar. Si tenía que ser sincero, no. Caminar no le ayudó en lo mínimo con sus problemas, mas conservaba la esperanza que al menos la fatiga y el cansancio físico lo ayudara a dormir. Iba concentrado en ello cuando escuchó un sonido fuera de lugar, ¿era una pelea? 

Rápido, rápido. ¿Dónde había dejado las llaves? No se confiaba en que los dejaran en paz por perderlos un par de cuadras. 

Al fin, pensó.

Puso la llave en la cerradura como pudo, tratando de no entorpecer con su nerviosismo sus manos. Apenas cedió, empujó al pelirrojo adentro y se apresuró a cerrar.

Sett no ha dicho una sola palabra en todo el trayecto... Aphelios negó con la cabeza, las explicaciones podían venir después. Tomo al chico esta vez de la mano, corriendo en línea recta hacia el ascensor. El pelinegro tenía su pequeño departamento en el piso 14 lo que, por alguna razón, le brindaba más confianza para "esconderse". Miró a Sett de reojo y soltó su mano. Se veía totalmente ido. 

—Es un estúpido pobretón, ¡no tiene nada! 

Aphelios no podía creer con lo que se había encontrado en su recorrido. Se acercó a ver la pelea por mera curiosidad y ahí se encontraba la persona que pensó que jamás volvería a ver en su vida en un estado que jamás imaginó. En el suelo estaba su antiguo compañero de colegio siendo golpeado por tres matones de alguna banda callejera. Aphelios no pudo evitar apartarse de la impresión y por accidente chocó con un cubo de basura que delató su posición, llamando automáticamente la atención de los otros 3 que empezaron a rodearlo y a reírse en su cara. De alguna forma se las arregló para timarlos y hacer un poco de tiempo. Gracias a su familia se podría decir que vestía "bien" por lo que aparentaba tener dinero. Dejó que aquellos hombres se divirtieran por unos minutos revisando entre sus cosas y chaqueta que no tenía dinero alguno encima. Sett ni se inmutó. ¿Está drogado?  lo que más consternaba y preocupaba a Aphelios era no saber qué era lo que estaba pasando, ¿qué hacía el pelirrojo en aquel estado? No pudo averiguar mucho más: ya habían descubierto su fachada de que no traía nada de valor y apenas había logrado centrar sus pensamientos y llegar a la conclusión de que tenía que hacer algo. Pero, ¿el qué? 

Lo único para lo que alcanzó a reaccionar, fue para levantar a medias a Sett y salir corriendo mientras lo jalaba. 

El sonido de la puerta cerrándose detrás de él lo dejó al fin respirar. Se apoyó en el marco del sofá y se centró en retomar el aire por unos segundos. Estamos a salvo. 

Aquello que no te he dicho [AU][SettPhelios]Where stories live. Discover now