¿Esto es real? (thranduil y tu)

capitulo 6

pov (tn)

Me sentía realmente avergonzada por lo que acababa de suceder. 

No puedo creer que me atreví a darle un beso, si bien fue en la mejilla  pero no deja de ser un beso.- me dije a mi misma mientras me cubría ligeramente la boca con una de mis manos- Él debe estar completamente enojado conmigo y mi actitud, al fin y al cabo soy una simple humana, como me tomo el atrevimiento de siquiera tocarlo.-me regañe internamente.

No sabía con exactitud hacía donde había salido disparada, pero en este momento es lo que menos me importa. 

Seguía corriendo por los pasillos sin prestar mucha atención a lo que me rodeaba, hasta que sentí un fuerte dolor en mi cabeza y caí sobre el duro suelo.

-¡auch!-solté un quejido de dolor, aun sin ver al causante.

-Lo lamento (tn)- era la voz del elfo más divertido que conocía hasta ahora- te estaba buscando por todos lados y no estabas con mi ada así que me preocupe.-concluyó aquel esbelto joven.

-Tranquilo, solo fue una pequeña caída-dije, y este mismo me tendió la mano para ayudarme a levantarme del suelo- y el Rey tuvo asuntos que atender así que decidí no molestarlo-concluí totalmente erguida, sacudiéndome la calsa que aun llenaba puesta- y ¿para que me buscabas?- pregunte mirándolo directamente a los ojos.

 -Me pediste que te enseñe elfico ¿no? - dijo serio, cosa que me extraño de él pero ignore aquella actitud.

-Ah. si, tienes razón- por un momento había olvidado que él me enseñaría.

Después de aquella realmente corta conversación nos dirigimos ambos en un incomodo silencio a un salón; era bastante amplio como la mayoría de los salones de allí, grandes y extensas estanterías llenas de libros de diversos tamaños y colores  que adornaban 3 de las 4 paredes de la habitación, la ultima pared tenía un enorme y hermoso ventanal que daba vista al precioso bosque, y por el cual entraban los radiantes rayos del sol que calentaban aquel frío cuarto. En el centro yacía una mesa en forma ovalada donde había un par de pilas de libros encima. Las sillas situadas en las puntas extremas eran un poco más altas de lo que estaba acostumbrada en mi mundo. 

Alrededor de dos o tres horas habían pasado, no me costaba mucho la verdad. El idioma elfico es muy fluido y sus palabras no me son del todo extrañas, aunque también Legolas en bueno enseñando tanto palabras sueltas como pequeñas oraciones.

Una de las criadas nos llamo a la hora de almorzar, sentí un balde de agua fría cayendo sobre mi al recordar que tendría que ver a Thranduil en la mesa. No sabría como tomarlo, lo más seguro es que él no quiera mi sola presencia en ese lugar.

-Legolas, ¿podría comer en mi habitación?-  le pregunte apresuradamente, y este me miro extrañado pero no tardo en asentir, probablemente piense que me encuentro cansada o que pelee con Thranduil por eso no me ha preguntado nada al respecto. Aunque su actitud cambio mucho de un momento para el otro y eso me extraña demasiado.

Me dirigí hacia mi cuarto, no podía verle, no quiero sentir su rechazo. Al estar dentro me dispuse a tomar un baño para relajarme y así lo hice, me coloque uno de los vestidos del armario; esta vez de color verde oscuro, con sus respectivos detalles en dorado dándole un bello contraste de colores  a mi piel. Al finalizar sentí como tocaban la puerta sutilmente.

-Adelante- dije sin siquiera mirar, me encontraba sentada en la mesilla cerca de la chimenea, leyendo uno de los libros que me dio Legolas para que me entretuviera. La criada entró con una cara de pocos amigos, dejándome el plato de comida enfrente mio junto con una jarra de agua y su respectiva copa, cuando terminó se fue cerrando la puerta demasiado fuerte. Se que a la mayoría no le caigo bien, puesto que una simple humana que acaban de conocer tiene más que cualquiera de ellos, pero yo realmente no quiero esto, yo quiero volver a mi hogar con mis padres, hermanos y mis bellas sobrinas y sobrino. Los extraño más que nunca, este lugar no me gusta, no me gusta ser tratada como alguien débil, o como una princesa. Al principio si me era divertido pero ya no, se volvió tedioso.