Capítulo 2

1 0 0
                                    

Nada ha sido igual desde aquella noche, después de graduarme de la preparatoria decidí posponer mi ingreso a la universidad; Ya han pasado cinco años de eso. ¿Cómo iba a irme? Mamá enfermó, cayó en depresión y papá trabaja más de lo que debería. La casa, como era de esperarse, se siente vacía, incluso cuando estamos los tres aquí. Es como si ella era la vida en estas tristes cuatro paredes, que en la noche se hacen cada vez más chicas obligandome a guardar oxígeno.

Y por las mañanas invade un sonoro silencio que me retumba en los oídos, no me deja seguir adelante. Perdí a todos mis amigos, se cansaron de hablarme y no obtener algún tipo de respuesta. No quería estar con ellos, no quería verlos, me recordaban demasiado a ella. Mis amigos eran amigos de ella y los suyos eran mío. En ocasiones, en esos días que me siento perdida puedo verla, puedo sentirla. No estoy loca, solo es que la extraño demasiado, tanto que duele. La miro sentada en el sofá que está por la ventana, leyendo un libro, así como antes, también platico con ella, cuando la voy a visitar al cementerio, hay veces en las que pretendo que nada pasó, que esa noche fue solo una pesadilla y que ella sigue aquí conmigo.

Cuando cumplí 18 años lo único que podía hacer era llorar y pensar en que Pam vivió hasta esa edad. En como nunca tendrá una familia, ella quería tener gemelos, John y Ronnie, así les puso a unos bebés que ni siquiera existían. Unos bebés que jamás nacerán.

Hace una semana fue mi cumpleaños número 21, no voy a mentir, lo odio. Fue el día en que me llego una carta de una universidad, una noche la ande, sin pensarlo y sinceramente no pensé que me fueran a contestar. La carta decía que me aceptaban, gracias a mis buenas calificaciones en la preparatoria me dieron una beca del 30%, también mencionaron que pudo ser más el porcentaje pero como me tarde en aplicar eso fue lo que me dieron, pero no importa eso, lo importante es que entre a la universidad. Las clases empiezan en cuatro semanas, el único inconveniente es que la universidad es en otro continente, mi padre tomó muy bien la noticia, me invitó a cenar, solo él y yo por que mamá no quiso celebrar con nosotros, a ella no le gusto nada la noticia.

—¿Cómo te atreves a dejarnos?

—Meredith, no nos está dejando, solo está pensando en su futuro, no tienes...

—Pura mierda—papá soltó un largo suspiro—nos está dejando, se canso de cuidar a su pobre madre.

—Mamá eso no es cierto, vamos a estar en contacto todos los días.

—No es lo mismo que tenerte aquí conmigo.

—Vendré todas la vacaciones.

—Ella no tuvo opción, pero tú sí—diciendo eso se fue y yo me quedé sin palabras.

—¡Meredith!—papá se fue tras ella, mi boca seguía abierta y lágrimas corriendo por mis mejillas. Tiene razón, eso no lo discuto.

Por las siguientes horas escuche a mis padres discutir, uno que otro objeto fue arrojado, me salí de la casa a sentarme en la entrada. Voy prendiendo mi segundo cigarro cuando mi papá sale y se sienta junto a mi.

—Estoy apunto de dejarlo—digo refiriéndome al cigarro, comencé a fumar después de Pam.

—Creo que me has dicho eso unas siete veces y solo en esta semana—nos reimos por que es verdad.

—¿Sabes? me puedo esperar un año más...

—No—nunca había escuchado a mi papá hablar con un tono tan serio, no me atreví a mirarlo a los ojos.—Ya te tomaste el tiempo suficiente. Puedo notarlo.

—¿El que?—pregunto curiosa

—Puedo notar que... que no eres féliz, puedo notar como no estas aqui pero al mismo tiempo si estas aqui.—No tengo respuesta—Te amo, pero si te quedas no te voy a hablar.

Lo que es de mi.Where stories live. Discover now